La obra de Gabriela Farías Hansen refleja una perspectiva excepcional que, inspira en diferentes tonalidades, la geometría y sus raíces, atrae el interés de nuevos públicos.

Aunque Gabriela Farías Hansen es arquitecta de interiores de profesión, siempre experimentó un gran interés por la creación de objetos estéticos y funcionales.

Es por esa razón que, cuando se graduó del Instituto de Arte de Chicago y regresó a su natal Santo Domingo, se dedicó a darle vida a diferentes sketches que había ideado anteriormente. “Los empecé a materializar, los compartí por redes sociales y me di cuenta del potencial que representaban”, dice al rememorar cómo fue que se inició en el mundo de las artes plásticas en el año 2020.

El estilo de esta artista se caracteriza por ofrecer un alto impacto visual, ser abstracto e incluir ciertos toques que le aproximan al surrealismo. Tales aspectos responden a que la creatividad de Gabriela nunca se decantó por objetos lineales; su objetivo siempre ha sido abrir un diálogo dimensional con los espectadores y animarlos a indagar más sobre el trasfondo de cada pieza, siempre creada a partir de sus experiencias personales.

Obras de Gabriela Farías
Foto: Sebastián García

El peculiar manejo de diferentes tonalidades es un distintivo creativo que se alinea con la personalidad alegre y vigorosa de esta artista en franco ascenso, quien admite ver y disfrutar de cada instante a través de la amplia gama de matices que existe: “Toda la vida me han gustado los colores. Me visto de muchos tonos y diferentes prints porque no le tengo miedo al color”, afirma.

Entre las tonalidades que arropan su arte destaca el azul, un color con el que, entre risas, aclara que tiene una relación muy estrecha, ya que su versatilidad le permite experimentar diferentes emociones: “El azul definitivamente es mi color; siempre termino gravitando hacia él. Tal vez tienea que ver con mis memorias porque lo relaciono con mi entorno”, agrega la artista que en el 2022 participó como ponente en Miami Art Week.

Aunque su pasión por los matices no es el único motivo por el que estos se mantienen muy presentes en sus piezas, Gabriela también asume que la influencia cultural y colorida de República Dominicana es predominante en su proceso creativo.

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FUENTE DE INSPIRACIÓN

Dando un salto retrospectivo, la artista recuerda que su creatividad despertó en el comedor de su casa, cuando hacía manualidades con su mamá. Y asegura que, a partir de entonces, su imaginación se ha mantenido muy
gráfica
, tanto que le ha permitido materializar en madera, alfarería o metales, memorias, recuerdos y hasta canciones.

Un ejemplo de ello se vislumbra en Nébula Azul, una de sus primeras obras y de sus favoritas, la cual nació a partir de una lucha interna que enfrentaba. “La tenía enganchada a mi cama y era un pequeño recuerdo de cómo salir de un blanco y negro emocional. Nébula Azul me abrió la puerta y me enseñó todas las posibilidades que hay dentro de un mundo a color”, destaca.

Otros elementos de inspiración son las muchas memorias y experiencias que conserva de la majestuosa Jarabacoa: “Yo crecí yendo mucho a la montaña y tengo recuerdos muy marcados en mi cabeza de fines de semana con mi familia”, recuerda con una evidente emotividad.

Sin embargo, los encantadores paisajes dominicanos no han sido lo único que la artista ha logrado capturar en su obra, pues también ha plasmado la sonoridad del país a través de su extraordinario ingenio. De acuerdo con Farías Hansen, existe una propuesta guardada en su computadora en la que ha logrado reflejar la sonoridad dominicana.

Nébula azul
Foto: Sebastián García

Para crear la colección Sonoridad Dominicana, la artista hizo un estudio sobre las ondsa de sonido, a partir del cual obtuvo diferentes geometrías.

Para crear dicha colección hizo un estudio sobre las ondas de sonido, a partir del cual obtuvo las diferentes geometrías que están inspiradas en los ruidos que forman parte del día a día. Una de las piezas en cuestión captura el tañido de cuatro señores jugando dominó un domingo por la tarde; otra de ellas plasma el son de un café subiendo por la temperatura del fuego; e incluso, existe una obra que rescata el característico sonido del camión del hierro viejo. “La idea, acentúa, es enaltecer los sonidos que se han vuelto parte del fluido diario de lo que escuchamos para acordarnos que esas son las cosas que nos caracterizan como cultura”.

Pese a que aún no existe una fecha estimada para que la colección nombrada Sonoridad Dominicana salga a la luz, la artista presume que uno de sus próximos planes es materializar dicho proyecto.

Al hablar sobre los planes venideros, la artista dominicana también comparte que en septiembre se presentará en la Affordable Art Fair New York, para luego seguir una ruta compuesta por otras ferias. Después, regresará al vibrante Santo Domingo, donde desea continuar con su trabajo. “La idea es nunca abandonar el hacer y producir piezas para mí, con las que me sienta contenta”, comparte con un tono que transmite claridad sobre quién es y lo que busca.

Gabriela Farías Hansen
Foto: Sebastián García

"Nunca vi mis piezas de un manera que no fuera a colores"

Gabriela Farías Hansen

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