Tito Arciniega, presidente de Microsoft para Latinoamérica desde julio, viaja todas las semanas por la región para reunirse con potenciales clientes de empresas, gobiernos, organizaciones y con sus trabajadores. Es una dinámica laboral que no es nueva, sino que repite desde las últimas décadas -incluso antes de entrar en Microsoft en 2010- pues en su […]
Tito Arciniega, presidente de Microsoft para Latinoamérica desde julio, viaja todas las semanas por la región para reunirse con potenciales clientes de empresas, gobiernos, organizaciones y con sus trabajadores. Es una dinámica laboral que no es nueva, sino que repite desde las últimas décadas -incluso antes de entrar en Microsoft en 2010- pues en su anterior trabajo asumió puestos regionales y globales que le obligaban a moverse de forma constante. Además, desde que se fuera de su natal Lima, ha vivido en múltiples países, como Colombia, Argentina, España y Estados Unidos.
“Vivo en un avión, pero no solo desde julio, cuando asumí la presidencia de Microsoft”, cuenta el que es posiblemente uno de los ejecutivos peruanos que más alto ha llegado dentro de una compañía tecnológica.
En el último año, sin embargo, la frecuencia de sus reuniones se ha incrementado considerablemente. La inteligencia artificial (IA) generativa es la principal ‘culpable’. Y es que con la revolución que ha supuesto y supondrá esta tecnología todas las compañías y gobiernos quieren saber cómo funciona y qué usos pueden darle.
“Todos quieren saber un poco más, qué estamos haciendo, qué están haciendo otros y me cuentan qué están pensando hacer ellos. No es solo que quieren saber, sino que quieren entender”, cuenta Arciniegas a Forbes Perú en su primera entrevista desde que asumió su cargo.
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Microsoft y el resto de bigtechs trabajan desde hace años en inteligencia artificial (IA), pero la creación de la IA generativa —según Arciniega— ha supuesto una gran diferencia respectos lo desarrollado, pues se trata de un modelo entrenado que no requiere de la data para ejecutarse. Y en esta tecnología —que Open AI desarrolló en asociación con Microsoft— tiene una ventaja temporal y de aplicación respecto a sus competidores, según el ejecutivo.
“Tenemos una ventaja porque la tecnología viene con nosotros y tenemos un par de años de catch up. Van surgiendo modelos pero nosotros estamos listos ya para ejecutar IA generativa. Todo el resto están probando, haciendo cosas. Nosotros tenemos ya productos lanzados al mercado”, detalla.
Respecto a su funcionamiento, Arciniega tiene muchos ejemplos. “Este modelo es entrenado y sabe leer y escribir. La gran diferencia, y lo que la mayoría de gente no sabe, todavía, es que sabe leer y escribir pero tiene cero contenido. Ahora, si lo conecto a internet sabe todo lo que tiene internet y si le doy todos los documentos de una empresa de recursos humanos, le puedo preguntar sobre recursos humanos. Me contesta todo. Imagínate el nivel de especialización o productividad”, detalla el presidente para América Latina de Microsoft, que lanzó recientemente su IA generativa Copilot en Windows 11, 10 y Microsoft 365, que incluye 150 nuevas características y que ya están usando sus clientes.
IA Y LA NUBE: MOTOR DE INGRESOS
En la última presentación de resultados de Microsoft, correspondiente al tercer trimestre, Satya Nadella, presidente y director ejecutivo de la compañía, justamente aseguraba que con los Copilots están haciendo que la era de la IA sea real para las personas y las empresas de todo el mundo. “Estamos incorporando rápidamente IA en cada etapa de la pila tecnológica y en cada función y proceso empresarial para impulsar ganancias de productividad para nuestros clientes”, comentaba el ejecutivo.
Y los últimos resultados de la compañía son una clara evidencia de que los servicios relacionados con IA y la nube están siendo hoy las puntas de lanza del crecimiento de Microsoft a nivel global. En el tercer trimestre, los ingresos de la compañía fueron de 56.500 millones de dólares y crecieron un 13%, mientras que sus ingresos netos aumentaron un 27% y fueron de 22.300 millones de dólares.
En América Latina, según Tito Arciniega, la IA y la nube también están siendo los impulsores de su negocio. “La parte interesante de lo que está pasando con la tecnología hoy es que aparece el mismo día en todo el mundo, ya no hay diferencia. Las industrias, además, están comunicadas y los casos de uso que hacemos en una industria los replicamos en la misma”, dice el ejecutivo.
Arciniegas conoce bien y relata a menudo los muchos casos de usos que puede tener la IA generativa, pero no solo en empresas, sino también en gobiernos de la región. Para él, el gran potencial que tiene esta tecnología en América Latina es que puede hacer que la productividad sea significativamente mayor, a todo nivel.
“Hay países que se han dado cuenta del potencial. Hay una oportunidad grande de ponernos en el mapa de una manera distinta. Esa es mi ambición en Latinoamérica: cómo hacemos que la región aproveche esta ola y salgamos. Porque tenemos todas para hacerlo”, dice el ejecutivo.
Entre los casos de uso de la IA generativa menciona ciudades que usan chats con Open AI y que permiten al visitante planear itinerarios y tener respuestas a todo lo que se plantean, instituciones de emisión de documentos públicos que ofrecen una experiencia al ciudadano simplificada, sistemas judiciales que aceleran sus procesos de análisis de legislación y casos o el estudio y la protección de la biodiversidad en el Amazonas con modelos de IA.
“El potencial de mercado es enorme. (…) Yo me siento una startup dentro del mercado. Por eso es que crecemos como crecemos”, confiesa Arciniega.
El estudio de IDC “La oportunidad de negocio de la IA”, de hecho, asegura que por cada dólar que las empresas invierten en IA están teniendo un retorno de 3,5 dólares y un 8% de las organizaciones a nivel global está teniendo un retorno de 8 dólares.
Para el 2024, el presidente de Microsoft para América Latina vaticina un año también de crecimiento, justamente, por esta revolución tecnológica aplicada a los negocios y gobiernos. Y ello, a pesar del desafiante contexto económico por el que pasan los países de la región, cuyo PBI crecería 2,3%, según el Fondo Monetario Internacional.
“Si la economía no está bien o una compañía no está bien busca reducir costos y si la economía está bien piensas en cómo llegar más rápido, cómo acelerar. (…) Vamos a crecer porque todo el mundo está empezando a entender el negocio y cómo digitalizar”, explica el ejecutivo, quien equipara el impacto de la IA generativa con el que tuvieron en su momento el e-mail o el Word, pero en mucho menor tiempo.
MÁS INVERSIÓN
Si bien no puede dar cifras concretas, Arciniega asegura que Microsoft va a invertir en la región, justamente, para aprovechar este potencial. Entre sus planes figuran nuevos centros de datos —está a punto de inaugurar uno en Querétaro y trabajan en un data center en Quilicura, en Chile— y destinar recursos para fortalecer su capital humano. Arciniegas señala que este último aspecto es esencial para que Microsoft pueda crecer al ritmo que necesita y es uno de sus actuales desafíos.
“Estamos contratando y no podemos contratar fast enough”, detalla Arciniegas a Forbes. Microsoft anunció a inicios de este año que prescindiría del 5% de su plantilla —10.000 puestos— a lo largo del 2023, pero matizó que continuarán invirtiendo en áreas estratégicas de su futuro, recolocando su capital y talento en áreas de crecimiento y competitividad a largo plazo para Microsoft. Una de esas áreas estratégicas parece ser la IA.
“El tema es cómo tenemos más manos, cómo se hace más inclusivo esto, cómo tenemos gente con más skills en clientes, en partners, en gobiernos, en todo para empezar a generar un nivel de entendimiento, de agilidad, y un nivel de evolución más rápido”, asegura Arciniega.
Ante la falta del capital humano tecnológico necesario, Tito Arciniega explica que se ha reunido con ministerios y gobiernos para tratar de plantearles una asociación a largo plazo, con la que América Latina se pueda salir lo mejor parada ante esta nueva ola tecnológica.
El ejecutivo pone como ejemplo la alianza que llevaron a cabo a finales de octubre con Australia, que contempla la inversión de más de 3.000 millones de dólares para ampliar las capacidades de datos e IA y que incluye la creación de una academia de formación en datos, entre otras cosas.
Puertas para adentro, además, según Arciniega, Microsoft está alineándose internamente. “Debemos hacer un uso de esta tecnología para generar beneficios, para tener formas de generar mayores oportunidades. Hay un tema cultural importante [asociado a] cómo nosotros mismos asimilamos la tecnología para empezar a generar un mayor nivel de valor”, detalla.
Otro desafío que percibe son los costos de cómputo de la IA, que, sin embargo, deberían reducirse si hay mayor adopción. El estudio de IDC, precisamente, menciona como los principales retos de las empresas al implementar dicha tecnología en sus organizaciones son la falta de personal capacitado, los costos y las preocupaciones sobre la pérdida de datos o la propiedad intelectual debido al uso inadecuado de la IA.
VIENDO EL LADO BUENO DE LA IA
Desde Microsoft están convencidos del impacto positivo de la IA a nivel global y Arciniega refleja este optimismo. Asegura que va a generar más empleo, y va a permitir que las personas aprendan más rápido. “Yo creo que el nivel de valor que va a generar cada individuo va a ser bastante mayor, pero la forma en la que esta tecnología nos va a hacer interactuar es diferente”.
“La IA generativa es interesante porque permite por fin a la máquina interactuar con el lenguaje humano. Eso siempre fue lo que buscábamos. Hasta ahora yo tengo que hablar con 0 y 1 para poder interpretar. Solo ese cambio hace que la disponibilidad de la tecnología sea mucho más inclusiva”,explica el presidente de Microsoft para América Latina.
¿Qué sucede si las máquinas hablan con otras máquinas en su propio lenguaje? Para el ejecutivo peruano, la IA generativa sigue siendo un programa con un código —que no se inventa solo— y que puede apagarse.
“Estamos mucho más enfocados en la parte positiva de lo que se puede hacer y recomendando y poniendo políticas para asegurar que la tecnología vaya por ese camino. Cuánto más te enfoques en lo bueno que puedes hacer más difícil es que lo malo pase”, confiesa.
El ejecutivo cree que debe llegar la regulación en esta tecnología. Asegura que están viendo cómo ayudan a los gobiernos para regular y que la tecnología se use con el mayor beneficio para la sociedad y los seres humanos.
“Hemos creado un white paper que lo hemos dado proactivamente a los gobiernos, con principios, como para dar puntos de vista de cómo regulamos y cómo nos aseguramos de que haya principios éticos de seguridad, de privacidad”, menciona el ingeniero industrial.
Justamente, la ciberseguridad es uno de los aspectos donde Microsoft está poniendo el foco hoy. Actualmente, la compañía procesa 25 trillones de datos diarios para que el modelo sepa qué está pasando. Recientemente, la bigtech lanzó la “Iniciativa de Futuro Seguro”, con tres pilares centrados en la ciberseguridad basada en IA, los avances en ingeniería de software y la defensa de una aplicación mayor de los estándares internacionales.
DE COMPETIR A PENSAR EN EL CLIENTE
Para Arciniega, Microsoft está en una posición interesante en el mercado tecnológico, pues, en los últimos años, la compañía ha pasado de centrarse en la competencia a mirar al cliente y enfocarse más en sus habilidades y potencial para satisfacer al mercado.
Cuando el ejecutivo peruano realizaba la carrera de Ingeniería Industrial en Lima, Arciniegas presentó su CV para ser practicante de IBM, que tenía sus oficinas cerca de la universidad. Pasó a trabajar en la empresa, pero como empleado. Empezó a ver cómo sus compañeros avanzaban y, en seguida, asegura que enganchó y fue ascendiendo a gran velocidad. Se quedó en esa empresa por 24 años.
En 2010, el chief operating officer de Microsoft lo buscó y asegura que tomó el vuelo para hacer la entrevista por ‘cortesía’, pues veía que había tecnologías incipientes sorprendentes, pero el modelo de la empresa seguía siendo transaccional y no hablaba con el cliente. No obstante, ese contexto, paradójicamente, fue el que lo llevó a cambiar de opinión. “Le dije a mi mujer ‘me voy a arrepentir toda la vida si no tomo este rol porque creo que esta compañía tiene algo que no se está explotando’”, dice. Hoy no parece haberse arrepentido de su decisión.
Por Laura Villahermosa
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