En un contexto donde la innovación y la competitividad son la norma, las empresas deben ir más allá de los paquetes tecnológicos genéricos y desarrollar soluciones personalizadas. Por Rafael Burgos En el mundo empresarial actual, las soluciones tecnológicas inteligentes están transformando la manera en que las empresas operan, interactúan con sus clientes, gestionan a sus […]
En un contexto donde la innovación y la competitividad son la norma, las empresas deben ir más allá de los paquetes tecnológicos genéricos y desarrollar soluciones personalizadas.
Por Rafael Burgos
En el mundo empresarial actual, las soluciones tecnológicas inteligentes están transformando la manera en que las empresas operan, interactúan con sus clientes, gestionan a sus empleados y planifican sus metas. La adaptación y creación de estas soluciones a la medida es hoy una prioridad.
Estas soluciones abarcan una amplia gama de tecnologías, incluidas la inteligencia artificial (IA), el análisis de datos, la automatización y las plataformas de colaboración, todas diseñadas para mejorar la experiencia del usuario, aumentar la eficiencia y fomentar el crecimiento empresarial.
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La productividad también es posible impulsarla con el desarrollo de aplicaciones empresariales adaptadas a las necesidades de un negocio, lo que contribuye considerablemente al crecimiento y eficiencia operativa, mejorando el incremento de la competitividad de la empresa y adaptación a un mercado tan cambiante.
Así lo señala Kantar, empresa líder mundial en análisis de datos, que destaca que un tercio de las 100 marcas más valiosas son tecnológicas y anticipa que, en el futuro, más negocios, incluso pequeños, usarán la tecnología para impactar al consumidor.
Facilitación de procesos
Uno de los grandes puntos de dolor para muchos empleadores es la automatización, una solución inteligente clave que ayuda a las empresas a aumentar su eficiencia. Desde la gestión de inventarios hasta la programación de tareas, las herramientas de automatización reducen el tiempo dedicado a tareas rutinarias y minimizan errores humanos.
Esto libera a los empleados para que se centren en actividades más estratégicas y de mayor valor, mejorando así la productividad y la moral del equipo. Aquí no se trata solo de ahorrar tiempo, sino también de crear las condiciones para que los colaboradores aprendan a beneficiarse del uso de estas soluciones.
Se trata de unificar en lugar de dividir; es dejar de percibir la automatización como un riesgo para el trabajador y verla como una nueva herramienta. En sectores como la logística, la manufactura y el comercio, la IA puede automatizar tareas rutinarias, permitiendo a los empleados concentrarse en actividades de mayor valor estratégico.
Por ejemplo, los algoritmos de IA pueden detectar ineficiencias en las cadenas de suministro y sugerir mejoras, lo que resulta en una producción más fluida y menos desperdicio de recursos. Esto no solo ahorra tiempo y dinero a las empresas, sino que también mejora la moral de los empleados al reducir las frustraciones asociadas con procesos ineficientes.
Atención al cliente
En nuestros países aún se conserva la necesidad del contacto humano, el trato personal sigue siendo un componente de nuestra cultura. Sin embargo, una de las áreas donde la IA ha tenido un impacto notable es en la atención al cliente.
Los chatbots y asistentes virtuales impulsados por IA pueden manejar consultas de manera eficiente, proporcionando respuestas rápidas y precisas a las preguntas de los clientes las 24 horas del día.
Esto no solo mejora la experiencia del usuario al reducir los tiempos de espera, sino que también libera a los empleados para que se concentren en problemas más complejos que requieren atención humana.
Los chatbots basados en IA también pueden aprender y adaptarse a las preferencias de los usuarios, ofreciendo respuestas personalizadas y anticipándose a las necesidades del cliente. Incluso son capaces de hacer un análisis de sentimientos, identificar las emociones y ajustar el tono para resolver el problema con más empatía.
Otros aspectos
Al centrarse en las necesidades y expectativas del usuario final, las empresas no solo mejoran la adopción de nuevas tecnologías, sino que también optimizan la eficiencia operativa y fortalecen la competitividad en el mercado actual.
Para aprovechar al máximo estas soluciones inteligentes, las empresas deben asegurarse de contar con una infraestructura tecnológica robusta y escalable que soporte aplicaciones de IA, invertir en la formación de su fuerza laboral para desarrollar nuevas habilidades e implementar soluciones personalizadas que se adapten a sus necesidades específicas.
Rafael Burgos es vicepresidente Regional de SoftwareOne para Centroamérica y Sudamérica; CEO de Federación 321. Cuenta con una importante trayectoria en el desarrollo de negocios y soluciones tecnológicas en el Caribe y Centroamérica.
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