La Ley de Mercado de Valores 249-17 representa un importante catalizador para el desarrollo y crecimiento del mercado de valores en el país, que impulsa un crecimiento sostenido, ofreciendo diversas oportunidades para nuevos negocios e inversión.
Basada en los principios de la International Organization of Securities Commissions (IOSCO), la Ley que rige el Mercado de Valores ha fortalecido la transparencia, protección de los inversionistas y la integridad del sector.
Así lo confirma Ernesto Bournigal, superintendente del Mercado de Valores de la República Dominicana (SIMV), quien asegura que la ley 249-17, segunda iteración de la ley de valores, se construyó sobre las experiencias y lecciones aprendidas durante los primeros 15 años de desarrollo del mercado.
“Tenemos como resultado una norma moderna, con un enfoque claro en la transparencia y en la protección de los inversionistas, lo que ha sido fundamental para fortalecer la confianza”, opina el funcionario.
Una de las principales características de esta ley es que permitió que República Dominicana se convirtiera en miembro de IOSCO, lo cual afianza la posición del país como un destino atractivo para la inversión.
Otro aspecto a resaltar de esa regulación es que es amigable para la inversión, tanto nacional como extranjera. “Es una ley marco. Esto quiere decir que deja al Consejo Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y a la SIMV la facultad de emitir reglamentos y normas de tercer nivel para detallar mejor algunos procesos”, dice Bournigal.
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Y esto permite una adaptación más ágil y eficiente a las necesidades del mercado.
Protección de derechos
La ley está alineada con los principios de IOSCO, lo que garantiza un alto nivel de protección y transparencia para los inversionistas.
La SIMV ha adoptado una supervisión basada en riesgos para enfocarse en las actividades y comportamientos que puedan afectar la integridad del mercado y la confianza de los inversionistas. Además, cuentan con un Departamento de Protección de los Derechos de los Inversionistas que recibe denuncias y quejas, y realiza inspecciones a los participantes del mercado para asegurar su cumplimiento con las regulaciones.
“Estas inspecciones pueden concluir en multas o en planes de acción. Es decir, que son medidas ‘con dientes’”, asegura el funcionario.
La Ley de Mercado de Valores ha abierto diversas oportunidades para nuevos negocios e inversión en República Dominicana. En combinación con otras reformas legales, como la Ley de Fideicomisos, en 2010, y la Ley de Sociedades, en 2008, esta norma ha potenciado la creación de instrumentos de inversión y ha diversificado las opciones disponibles para los inversionistas.
Uno de los principales beneficios es la creación de los fondos de inversión, fideicomisos de oferta pública y titularizaciones, que han experimentado un crecimiento significativo en los últimos años.
“Se aprecia en los datos de la última década donde tenemos más de 70 patrimonios autónomos inscritos como emisores, incluyendo fondos de inversión, fideicomisos y titularizaciones. Sólo los fondos de inversión representan hoy día aproximadamente 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB). Nuestros pronósticos es que seguirá creciendo por incidencia de la demanda de los inversionistas institucionales, como los bancos y los fondos de pensiones”, manifiesta el superintendente.
Y agrega que la nueva ley ha creado la figura de los asesores de inversión, lo que permite que personas físicas o jurídicas brinden asesoría en materia de inversión en valores de oferta pública inscritos en el Registro. Es decir, que no solo se generan oportunidades de negocios para los inversionistas sino también para profesionales financieros.
Portafolio diverso
El inversionista minoritario también es un gran beneficiado en este escenario pues tiene en el mercado de valores dominicano un portafolio cada vez más amplio de opciones de inversión que están dirigidos al público general.
Desde valores de renta fija hasta acciones, los inversionistas minoritarios tienen la posibilidad de diversificar su cartera y obtener rendimientos atractivos.
Los instrumentos de inversión disponibles en el mercado incluyen valores de emisores públicos y corporativos, fondos de inversión, valores de fideicomisos y próximamente acciones.
Tal y como asegura Ernesto Bournigal, muchos de estos valores tienen inversiones mínimas reducidas, lo que los hace accesibles para inversionistas retail.
“También tenemos sabores para todos los gustos de los inversionistas—incluyendo para aquellos con preferencias más orientadas a temas ambientales y sociales. Por ejemplo, tenemos una oferta creciente de bonos verdes y sostenibles, así como algunos fondos con inversiones subyacentes con objetivos sociales y proyectos de energías renovables”.
El enfoque en la transparencia y la regulación adecuada garantiza que los inversionistas cuenten con la información necesaria para tomar decisiones sobre sus inversiones. La diversificación de la cartera es un aspecto clave para reducir el riesgo, y el mercado de valores dominicano ofrece una amplia variedad de opciones para lograr este objetivo.
La ley del mercado de valores no establece requerimientos mínimos de operaciones o de información financiera para emitir valores, lo que abre oportunidades para startups y empresas emergentes. Estas empresas pueden emitir valores en el mercado para financiar su desarrollo y expansión.
“Cualquier startup puede emitir. Además de emitir directamente, pueden ser financiadas por los fondos de inversión cerrado de desarrollo que, dentro de su objeto de inversión, esté destinado a invertir en valores de deuda o variable en empresas para fines de su desarrollo, pudiendo encontrarse aquellas que inviertan en empresas emergentes o startups”.
Además, la SIMV está trabajando en desarrollar mecanismos de financiación específicos para empresas Fintech, startups y emergentes, incluyendo una norma de Crowdfunding en colaboración con la International Finance Corporation (IFC). Esto proporcionará nuevas opciones de financiamiento para este tipo de empresas y fomentará su crecimiento e innovación.
En este contexto, todas las empresas pueden beneficiarse del mercado de valores.
Víctor Medina, gerente de Estructuración en Alpha Inversiones, dice: “Las empresas para crecer necesitan financiarse, al hacerlo a través del mercado de valores pueden tener ciertos beneficios en comparación a la banca tradicional, tienen mayor exposición de su marca, generan mayor transparencia y pueden crecer a un ritmo más acelerado; principalmente al emitir acciones, entre otros”.
Plus para inversionistas extranjeros
Aunque las inversiones en el mercado de valores no están garantizadas, la regulación y supervisión rigurosa por parte de la SIMV brinda confianza a los inversionistas. La transparencia en la información revelada por los emisores y la supervisión de los intermediarios financieros, como auditores externos y calificadoras de riesgos, aseguran una adecuada gestión integral de riesgos.
La ley ofrece un tratamiento igualitario a la inversión extranjera y nacional, lo que brinda seguridad a los inversionistas extranjeros que deseen invertir en el mercado de valores dominicano.
“A la fecha, alrededor del 5% del monto en custodia de la oferta pública dominicana está en manos de titulares que residen en el extranjero. Nuestro mercado no es un mercado de naturaleza offshore ni está orientado para inversiones especulativas. Es un mercado para los inversionistas y las firmas locales. Por eso lo supervisamos con mucho cuidado”, declara Bournigal.
Y en base a esto último es que se enfocan en tener reglas claras y adecuadas, pues tienen el deber de proteger a los inversionistas, incluyendo a los fondos de pensiones.
Para el gerente de Estructuración de Alpha Inversiones, Víctor Medina, el mercado de valores en República Dominicana es uno que está creciendo a buen ritmo y que cada vez más está captando la atención de los inversionistas que buscan generar un retorno mayor al que ofrecen los instrumentos tradicionales.
Hacia la digitalización
El mercado de valores todavía enfrenta desafíos importantes, como la adopción de la supervisión basada en riesgos, la digitalización de procesos y la promoción de la educación financiera.
La Superintendencia de Mercado de Valores busca aumentar la digitalización de los procesos para mejorar la recepción, análisis y publicación de datos y estadísticas. “Este probablemente es el proyecto insigne de fortalecimiento institucional de la Superintendencia. Se llama CALVENTI y va a cambiar totalmente la forma como interactuamos con nuestros supervisados”, afirma el máximo representante de la entidad.
Por Glenys González
Este artículo forma parte de un especial sobre el mercado de valores disponible en nuestra más reciente edición impresa que puedes descargar aquí.