La recuperación de la economía dominicana tras la pandemia tuvo dos claros motores: las exportaciones y la inversión extranjera. Las sinergias público-privadas fueron su combustible, según Biviana Riveiro, directora de la agencia estatal.

Cuando Biviana Riveiro, actual directora ejecutiva del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana, ProDominicana, asumió su mandato en agosto de 2020, el declive de las exportaciones y las inversiones tenían un proceso acentuado, debido al brote de la pandemia de COVID-19 en el mundo.

Las ventas del país al exterior cayeron cerca de 1.000 millones de dólares ese año, similar a lo ocurrido durante la crisis financiera global de 2008 -aunque en esa ocasión el porcentaje sobre las exportaciones totales fue mucho mayor-. En el caso la inversión extranjera directa, también hubo un descenso en comparación al año anterior, situándose en niveles de 2018.

Una rápida reacción del gobierno dio paso a una de las recuperaciones económicas más aceleradas en América Latina. Las exportaciones del país alcanzaron un récord histórico en 2021, superando la barrera de los 12,000 millones de dólares, y lograron mantener el flujo de inversión extranjera directa por encima de los 3,000 millones de dólares.

Pese a que todas las plataformas del comercio internacional y local seguían afectadas, la economía dominicana alcanzó un crecimiento anual de 12% y se recuperaron los niveles de empleo prepandemia.

En el primer tercio de 2022, las exportaciones dominicanas ya superaban los 4,000 millones de dólares, lo que supone un crecimiento de cerca del 10% en comparación al mismo periodo del año anterior y más de un 30% si se compara con el mismo periodo de 2019, cuando todavía no había golpeado la pandemia.

Por el lado de las inversiones, el presidente Luis Abinader anunció en el marco de la IX Cumbre de Las Américas, en Los Ángeles (California, EU), que la proyección de captación de inversiones extranjeras para este año es superar los 3,500 millones de dólares.

“El elemento crítico de éxito ha sido la voluntad férrea del gobierno de seguir promoviendo la inversión y estimulando el comercio de la mano del sector privado, lo que permitió tomar medidas de impacto gradual, procesos de desescalada e ir abriendo nuestra economía” señala Riveiro, con quien nos encontramos en la Ciudad de México, con motivo de una misión comercial en el país, para la realización de esta entrevista para Forbes.

¿Cuál es el cambio más importante en la relación entre el gobierno y el sector privado?

Haber creado varias sinergias con el sector privado. De manera constante, estamos en mesas de diálogo con distintos sectores, para entender cuáles son sus necesidades y preocupaciones, pero también para tomar medidas conjuntas. Esa ha sido la clave que ha permitido el proceso de recuperación económica. Lo vivimos en el sector turístico y en el proceso de relanzamiento de las exportaciones en industrias específicas, como el tabaco, uno de nuestros principales rubros de exportación. También hay un trabajo conjunto para la implementación de planes coordinados por ProDominicana, como el Plan de Fomento a las Exportaciones, con una visión al año 2030. Ahí se integran elementos como el fomento a la cultura exportadora, la capacitación, la diversificación de mercados, el apoyo tan necesario de todo el andamiaje gubernamental.

¿Qué acciones concretas permitieron aumentar las exportaciones e inversiones durante los momentos más críticos de la pandemia?

Cuando los productores del campo vieron que su producto iba a perderse, empezaron a procesar los alimentos y continuaron exportando. Los productores textiles pudieron transformar su producción para hacer mascarillas e instrumentos médicos. Las empresas buscaron procesos operativos más eficientes y aprovecharon las ventanas del mundo virtual. Desde el gobierno, evaluamos qué acciones funcionaban y los ajustes que había que hacer. La OMT nos ha catalogado como líderes en el proceso de recuperación de la industria turística, que no solamente impacta por la llegada de pasajeros sino por su efecto en la inversión, el comercio y las exportaciones. El año pasado, gracias a nuestros incentivos, aprobamos 45 nuevos proyectos con 9,000 nuevas habitaciones, una inversión millonaria. En el sector de zonas francas, se dinamizó el interés de empresas de instalarse en el país. Un factor muy claro fue el proceso de reinversión de las que ya estaban instaladas aquí.

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¿Se han agilizado los procesos para instalar una empresa en República Dominicana?

Estamos trabajando iniciativas sumamente importantes, como el programa Burocracia Cero, que busca optimizar procesos, reducir costos y tiempos, y evaluar cuáles son las transformaciones necesarias que debemos apuntalar en nuestro sistema regulatorio. Desde ProDominicana, junto a otras instituciones, estamos trabajando en la incorporación de la ventanilla única para la inversión, que esperamos lanzar en septiembre. Ésta va a facilitar los trámites y procesos en cuatro sectores iniciales: infraestructura, telecomunicaciones, turismo y energías renovables, que hemos elegido por su efecto multiplicador en el ecosistema comercial y productivo. Nuestro presidente tiene una voluntad férrea para generar confianza entre los inversionistas. Esta visión de trabajo, de eficiencia y de transparencia, ha permeado en las instituciones gubernamentales en menos de dos años de gestión. Hemos podido enfocar las acciones hacia ese proceso de recuperación, con una mirada puesta al futuro, para lograr el crecimiento económico que tenemos.

¿Cómo están tratando de sacar ventaja de los procesos de relocalización de empresas?

Hemos desplegado una estrategia para el proceso de relocalización de empresas dentro del territorio dominicano. Queremos establecer, como otros países, dinámicas productivas que nos permitan mayores niveles de encadenamiento, aprovechando que ya somos el hub logístico del Caribe. Lo estamos abordando por dos vías, junto a otras instituciones gubernamentales y el sector privado. Hacemos visitas estratégicas a nuestros socios comerciales más relevantes, como Estados Unidos. Y tenemos acercamientos estratégicos con empresas ya instaladas en el país, que habían programado planes de expansión internacionales. Parte del proceso de recuperación económica se debe a esos procesos de reinversión. Eso ocurrió mucho en el sector de zonas francas, pero también con entidades del sector financiero, entre otras. Cuando lo vemos desde la perspectiva regional, hay amplias oportunidades con países como México, por ejemplo.

¿Qué intereses existen con México y Centroamérica?

Con Panamá y Costa Rica estamos muy unidos por la Alianza para el Desarrollo en Democracia, no solo para ver temas comerciales sino buscar sinergias entre nuestros procesos productivos. A otros países les parece muy interesante esta alianza estratégica. Con Panamá, compartimos valores culturales, productivos y varias empresas radicadas en ambos países. Lo mismo que sucede con México, cuya IED en los últimos tres años ha sido bastante destacada. En pandemia decreció, pero se mantuvo. En 2021, tuvo de nuevo un crecimiento en turismo, minería y telecomunicaciones, donde tienen una de las empresas insignia en el país. Este es para nosotros un mercado natural, un inversor que siempre ha estado ahí para nuestro país en industrias muy críticas. Pero, a pesar de nuestra cercanía, se deben profundizar aun más nuestras relaciones bilaterales y el intercambio comercial.

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¿Qué incentivos ofrecen a las empresas para que se instalen en la zona fronteriza?

Incentivos fiscales y facilidades en su proceso de instalación y de producción. Tenemos incentivos al desarrollo turístico. También para zonas francas, con 79 parques y cerca de 800 empresas instaladas, que también entran dentro de esta estructura. Solamente el año pasado logramos aprobar 100 nuevas empresas gracias a estos incentivos. Y, por último, para la zona fronteriza. Con la ley anterior, se habían instalado 80 empresas en las distintas provincias. La idea es multiplicar esa inversión, así como los procesos comerciales de las empresas que ubiquen en esas provincias. Esto permite generar acciones de desarrollo concretas en todas las partes del país, con una visión integral y de inclusión, pero vinculadas a su potencialidad. No todas las provincias tienen una vocación turística. Dependiendo del sector, se pueden aplicar diferentes incentivos.

¿Se está perdiendo el interés por el mercado chino?

El caso particular de China, había tenido un crecimiento exponencial en los últimos años. Es un socio comercial importante para República Dominicana. El proceso que hemos vivido con la pandemia, de cierres operacionales de algunas industrias, ha mermado el intercambio comercial sostenido, porque China ha sido altamente afectada por la pandemia. Todavía continúa en proceso de cierre y hay un tema fundamental, que tiene impacto global, que tiene que ver con logística. Eso ha afectado la cadena de valor productiva en todos nuestros países y ha hecho que empecemos a buscar nuevos mercados para el suministro de productos o de los insumos, por el tiempo y el valor incremental que ha tenido el tema del transporte de mercancías. El gran desafío que tiene China es resolver la problemática que se ha ocasionado y que sigue impactando al comercio mundial, con todo el tema de logística y suministro de bienes.

¿Qué hay de la idea de convertir a República Dominicana en un hub tecnológico?

El Ministerio de Industria y Comercio ha lanzado la Estrategia Nacional de Servicios Modernos para impactar los servicios tecnológicos, las industrias creativas y la economía naranja. Desde ProDominicana, nuestro enfoque es promover las exportaciones de estos servicios. Trabajamos con la Asociación de Fintech y con el sector académico. Queremos estar en los mercados de tendencia y en la preparación de nuestro talento. En eso consiste la estrategia para posicionar a la República Dominicana como un posible hub tecnológico en el futuro. Son muchos factores los que debemos considerar: la capacidad productiva, el talento humano y todo el ecosistema de apoyo que debe darse dentro del andamiaje gubernamental. Para eso, estamos en un proceso de articulación con las entidades estatales y con el sector privado, entidades académicas y todo el ecosistema de TICs en el país. Estamos lanzando la Política Nacional de Innovación, es la primera vez que un gobierno incorpora la innovación como parte de sus ejes estratégicos y programáticos.