Ya con una trayectoria trazada en Estados Unidos, Leonard “Mike” Thompson llegó a República Dominicana hace décadas para liderar la propuesta gastronómica inaugural del Coconut Palms Resort, en Sosúa. Años más tarde, cumplió el sueño de abrir en Cabarete su propio restaurante, llamado La Louisiane. También, fue pieza estratégica en la apertura de Sanctuary Cap […]

Ya con una trayectoria trazada en Estados Unidos, Leonard “Mike” Thompson llegó a República Dominicana hace décadas para liderar la propuesta gastronómica inaugural del Coconut Palms Resort, en Sosúa. Años más tarde, cumplió el sueño de abrir en Cabarete su propio restaurante, llamado La Louisiane. También, fue pieza estratégica en la apertura de Sanctuary Cap Cana Resort.

El afecto por la cultura del país que le infundió su esposa Anny se vio reflejado en el dominio de la cocina vernácula. Esto, asociado a su entereza profesional, llevó a Thompson a una gira de más de una década por algunos de los lugares más prestigiosos del planeta, hasta establecerse en Nueva York y Rhode Island como chef privado de personajes de gran influencia.

Doce jefes de estado, entre los que se cuentan Hillary Clinton, Vladimir Putin y el expresidente de República Dominicana, Leonel Fernández, así como actores, cineastas y directores ejecutivos, hacen parte del selecto grupo al que se han sumado familias de personajes de televisión, como la de Dr. Oz.

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En palabras del chef Mike, cada uno representa una historia que lo llena de satisfacción. Los numerosos viajes y su acercamiento a una clientela de gran exigencia le permiten cocinar casi cualquier plato de la gastronomía internacional con un sello de calidad tan personal como elevado.

Como testigo de la creciente preocupación de parte de los comensales por mantenerse saludables, procura estar actualizado y hacer uso de su ingenio para crear recetas capaces de adaptarse a los requerimientos específicos en términos de cocinas veganas, sin gluten o con productos Kosher.

El chef Mike aquilata con su familia el anhelo de compartir ese ingenio, cariño por la buena mesa y los altos estándares de la hospitalidad de lujo privada con quienes visitan y viven en República Dominicana.

“Una de mis metas a corto plazo es prolongar la temporada que paso en el Caribe. Me veo basado en Punta Cana”, confiesa quien estuvo a cargo de la apertura de El Pescador en Casa del Campo, tras concluir que, para él, el país es un auténtico paraíso.

Por Sheila Ramírez