El turismo interno aún no representa un porcentaje significativo, pero su potencial podría transformar la industria.

Está demostrado que el turismo es rentable para República Dominicana. Durante 2023, además de atraer más de ocho millones de viajeros internacionales, ese sector se consolidó como la principal fuente de crecimiento del producto interno bruto (PIB), mientras se posicionaba como la industria de mayor captación de inversiones extranjeras.

No es para menos. Las playas paradisíacas, la diversificación en la oferta turística que se renueva con nuevo complejo hotelero y la hospitalidad han sido factores clave que han convertido la industria turística local en una de las más rentables de la región. Sin embargo, en esa sumatoria de atractivos, el turismo interno representa un reto pendiente para el sector.

A pesar de que el país es reconocido como uno de los principales destinos turísticos del Caribe, los dominicanos tienen una participación limitada en los ingresos generados por este sector. Durante el 2023, de acuerdo con cifras del Banco Central de República Dominicana (BCRD), el sector turismo generó 9.75 millones de dólares (mdd), de los cuales el turismo interno representó el 26.1%, estiman desde el Consejo Mundial de Viajes y Turismo  (WTTC, por sus siglas en ingles).

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Se trata de uno de los porcentajes menos representativos en América Latina y el Caribe, donde en la mayoría de los países el turismo interno representa una parte significativa de la actividad económica.

Un claro ejemplo es Brasil, donde aproximadamente el 95% del gasto turístico proviene de los propios ciudadanos brasileños. Según Aguie Lendor, vicepresidenta ejecutiva de la Asociación de Hoteles y Turismo de República Dominicana (Asonahores), esta realidad responde a factores culturales, geográficos y estructurales que limitan el desarrollo de un turismo local competitivo.

“En nuestro caso, las distancias son cortas. Un dominicano puede llegar a un atractivo turístico en dos horas, disfrutar del día y regresar a su casa sin necesidad de pernoctar”, explica Lendor. Esta característica geográfica, combinada con una cultura de hospitalidad familiar, hace que muchos opten por alojarse en casas de amigos o familiares en lugar de pagar por hospedaje turístico.

A lo anterior se suma que, en la actualidad, el gasto de los turistas extranjeros ronda los 165 dólares. Según Jacqueline Mora, viceministra Técnica de Turismo, "un turista equivale a seis dominicanos consumiendo", lo que implica que, en términos de gasto, un solo visitante realiza un consumo diario seis veces mayor que el promedio de un dominicano.

Mora destacó que aproximadamente un 70% del turismo en el país se concentra en los hoteles, mientras que un 30% se distribuye en el turismo no hotelero, como el ecoturismo, el turismo de aventura y las actividades culturales. Los viajeros que se hospedan en los complejos turísticos, según la viceministra, realizan un gasto significativo que solo en el primer semestre del 2024, ascienden a 5.72 mdd.

Incentivo al turista

En un país como República Dominicana, donde la demanda histórica internamente ha sido limitada, el turismo externo actúa como un factor clave para maximizar el uso de recursos y generar una demanda adicional. "Cuando tú tienes un país pobre y pequeño como éramos nosotros en el pasado, tú no puedes depender de la demanda interna, y la demanda externa es fundamental para poder utilizar los recursos de manera que generes una demanda adicional", explicó Mora.

Se trata de una realidad en la que coincide Lendor. El destino ha priorizado la atracción de turistas internacionales, especialmente de mercados clave como Estados Unidos, Canadá y Europa. Esta estrategia responde a la alta dependencia económica del turismo internacional, que genera ingresos significativos para los distintos sectores productivos locales.

Sin embargo, Lendor reconoce que es necesario redirigir parte de los esfuerzos hacia el mercado interno. Esto podría lograrse mediante campañas segmentadas que resalten los atractivos del país desde una perspectiva más cercana a los dominicanos. “Se debe fomentar la conexión con nuestra cultura, lo dominicano, y mostrar las facilidades para disfrutar el turismo local”, indica.

De hecho, a pesar de las dificultades, hay avances en el incentivo al turismo local. Desde el 2022, el Ministerio de Turismo ha implementado la campaña “Turismo en cada rincón”, diseñada para destacar las riquezas culturales, gastronómicas y naturales de cada región del país. Además, las empresas del sector turístico han lanzado paquetes especiales dirigidos a los nacionales, con precios y condiciones accesibles para familias.

La banca también ha desempeñado un papel clave al ofrecer planes de financiamiento para viajes internos. Estas medidas, sumadas al desarrollo de actividades en parques nacionales, museos y comunidades rurales, buscan consolidar un turismo comunitario que beneficie a las economías locales.

Retos

En República Dominicana, la falta de información confiable sobre el turismo interno complica la valoración real de este segmento. Mientras los visitantes extranjeros son monitoreados desde su llegada, con datos sobre su nacionalidad, estadía y destino, los turistas locales no están registrados de manera uniforme en muchos destinos del país. Según Lendor, esto se debe a que las encuestas y estadísticas oficiales estén mayormente orientadas a evaluar el impacto de los extranjeros no residentes.

Aunque el turismo interno aún no es un motor económico significativo, Lendor rechaza la idea de catalogarlo como un fracaso estratégico. Según ella, las particularidades del territorio y la cultura dominicana explican este fenómeno. No obstante, enfatiza que el país necesita políticas públicas más enfocadas en el desarrollo del turismo local y una mejor recopilación de datos que permita cuantificar su impacto.

Con iniciativas en marcha, el turismo local se posiciona como un área clave para diversificar los ingresos del sector y fortalecer la identidad cultural del país. Aunque hay mucho por hacer, el país tiene la oportunidad de convertir sus riquezas naturales y culturales en un atractivo para los propios dominicanos, construyendo así un turismo más inclusivo y sostenible.

Por Joan Sebastian