Los fondos de inversión presentan propuestas que no solo son rentables, sino que también impulsan acciones que favorecen el cuidado al medioambiente y el bienestar social.
El auge de las inversiones sostenibles ha marcado una nueva etapa en el mercado financiero global. Este tipo de inversiones, que integran criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés), han ganado un protagonismo significativo en los últimos años, impulsados por la creciente demanda de soluciones que no solo sean rentables, sino también responsables con el medio ambiente y la sociedad.
Según Santiago Sicard H., presidente ejecutivo de la Asociación Dominicana de Fondos de Inversión (Adosafi), los fondos sostenibles buscan "inversiones que tengan un impacto social, ambiental y con altos estándares de gobernanza", contribuyendo no solo al bienestar del inversionista, sino también al de la sociedad en general.
Los fondos de inversión sostenibles son aquellos que integran factores ESG en su toma de decisiones, buscando generar valor económico mientras aportan a la creación de un mundo más justo y sostenible. Estos fondos permiten a los inversionistas "conocer los aportes que realizamos a la comunidad y al mundo, mucho más allá de la multiplicación de la riqueza", como señala Sicard. En otras palabras, estos fondos no solo se centran en maximizar la rentabilidad, sino en generar impactos positivos a nivel social y ambiental.
A diferencia de los fondos tradicionales, los sostenibles evalúan las empresas no solo en función de su desempeño financiero, sino también en cómo manejan su impacto ambiental, sus relaciones sociales y sus prácticas de gobernanza. Esto incluye aspectos como la reducción de la huella de carbono, el uso responsable de los recursos naturales y el respeto a los derechos humanos en sus operaciones.
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El proceso de selección de activos en los fondos sostenibles implica la integración de los criterios ESG. Daniel Paulino, gerente de administración de cartera en Alpha Inversiones, explica que estos criterios permiten a los inversionistas "evaluar cómo las empresas manejan su impacto ambiental, sus relaciones sociales y sus prácticas de gobernanza". Estos factores, que abarcan desde el cambio climático hasta la ética empresarial, son cruciales para identificar oportunidades y mitigar riesgos a largo plazo.
La implementación de estos criterios varía según la estrategia del fondo, que puede ser de exclusión, integración, inversión de impacto o "best-in-class". Paulino detalla que, en el caso de exclusión, los fondos "no seleccionan sectores o empresas que no cumplen con ciertos estándares ESG, como las que operan en industrias de combustibles fósiles, tabaco o armas". La inversión de impacto, por su parte, se enfoca en proyectos que buscan generar un cambio positivo y medible en aspectos sociales o ambientales.
Sicard añade que la evaluación de una empresa para ser parte de un fondo sostenible se realiza a través de herramientas especializadas, como los informes de firmas calificadoras y guías como la Taxonomía Verde. Este marco, que ya está disponible en República Dominicana, permite clasificar iniciativas como sostenibles, especialmente en lo que respecta a temas ambientales.
Las tendencias
El mercado de inversiones sostenibles ha visto un crecimiento exponencial en los últimos años. Sicard destaca que "el volumen de activos gestionados en fondos sostenibles ha crecido de manera exponencial", con los activos globales bajo gestión en estrategias de inversión ESG alcanzando aproximadamente 40.5 billones de dólares en 2023. Esta tendencia se debe en gran medida a una mayor conciencia sobre el impacto de las actividades económicas en el medio ambiente y la sociedad, así como a la demanda de inversionistas que buscan no solo rentabilizar su capital, sino también contribuir a un futuro más sostenible.
A nivel global, Europa se mantiene como líder en la gestión de activos ESG, con alrededor de 15-20 billones de dólares bajo gestión, seguido de Estados Unidos con 8-10 billones. Sin embargo, regiones como Asia-Pacífico, Latinoamérica y África están experimentando las tasas más altas de crecimiento en este tipo de inversiones. Paulino menciona que algunas de las principales tendencias internacionales incluyen la descarbonización de portafolios, las finanzas verdes, y el "impact investing",donde los inversionistas buscan generar impactos sociales y ambientales medibles, además de un retorno financiero.
En el contexto dominicano, hay un creciente interés en sectores como las energías renovables, la gestión de recursos y agua, y el turismo sostenible. Sicard señala que "en República Dominicana tenemos grandes oportunidades que ya han empezado a materializarse", como los parques solares y eólicos, y los hoteles y viviendas construidos bajo criterios ESG. Sin embargo, para que estas oportunidades sigan creciendo, es necesario que haya un mayor interés por parte de los inversionistas y que las autoridades continúen ofreciendo apoyo regulatorio y fiscal.
Impacto en la rentabilidad
Una de las preocupaciones más comunes entre los inversionistas es si los fondos sostenibles pueden igualar o incluso superar la rentabilidad de los fondos tradicionales. Sicard señala que "el rendimiento de los fondos sostenibles en comparación con los fondos tradicionales ha sido un tema de considerable interés", y varios estudios han demostrado que estos fondos tienden a igualar o incluso superar a sus contrapartes tradicionales.
Un análisis realizado por Morningstar en 2021 encontró que más del 70% de los fondos sostenibles superaron el rendimiento de los fondos tradicionales en un período de 10 años.
Aunque en República Dominicana aún no hay suficiente información para hacer comparaciones directas, muchos proyectos relacionados con la sostenibilidad han demostrado un desempeño satisfactorio, lo que sugiere que este tipo de inversiones tiene un gran potencial en el mercado local. Paulino también subraya que las inversiones sostenibles "no solo buscan generar un retorno financiero, sino también contribuyen al desarrollo sostenible", lo que las convierte en una opción atractiva para los inversionistas que buscan equilibrio entre rentabilidad y responsabilidad social.
Oportunidades de inversión
El mercado dominicano está comenzando a ofrecer diversas opciones para aquellos interesados en las inversiones sostenibles. Paulino menciona que “en República Dominicana están emergiendo instrumentos de inversión sostenibles", como los bonos verdes y los fondos de desarrollo de sociedades que invierten en empresas que practican políticas ESG. Un ejemplo destacado es el Fondo de Impacto Social, que recientemente realizó una colocación de RD$824.6 millones en el mercado bursátil, demostrando el creciente interés en este tipo de instrumentos.
Además de los bonos verdes, que financian proyectos con impacto positivo en el medio ambiente, los fondos de impacto también juegan un papel clave en la creación de un mercado más sostenible. Estos fondos se enfocan en proyectos que no solo generan retorno financiero, sino también un impacto social o ambiental medible, como la mejora en la infraestructura verde o la promoción de la eficiencia energética.
Sicard destaca que el aporte de los fondos de inversión en República Dominicana no se limita a la administración profesional de alrededor de DOP$265 mil millones, sino también a la creación de más de 30,000 empleos, la generación de energía sostenible para más de un millón de personas y la reducción de emisiones de CO2. Esto demuestra que las inversiones sostenibles tienen un impacto tangible en la economía y la calidad de vida de los dominicanos.
Desafíos
A pesar de su rápido crecimiento, los fondos de inversión sostenibles enfrentan varios desafíos. Uno de los principales, según Sicard, es el "greenwashing", una práctica engañosa que hace parecer más sostenibles a ciertos proyectos o fondos de lo que realmente son. Esta práctica puede minar la confianza de los inversionistas y dañar la reputación del mercado de inversiones sostenibles.
Otro desafío importante es la falta de estandarización en la medición y reportería de criterios ESG. Sicard explica que "se debe encontrar el balance en lo que globalmente es aceptado como sostenible y lo que localmente es viable y aplicable a la realidad de las industrias y la economía de cada país". La falta de regulaciones claras y uniformes puede dificultar la comparación entre diferentes fondos y proyectos, lo que representa un obstáculo para el crecimiento del mercado.
Paulino también menciona que la educación financiera es clave para superar estos desafíos. Aumentar el conocimiento sobre las inversiones sostenibles entre los inversionistas, legisladores y gestores de fondos es fundamental para promover un mercado más transparente y eficiente. Además, señala que "es necesario que toda la población conozca que a través de los fondos de inversión estas iniciativas son una realidad en nuestros países y tienen la capacidad de transformar favorablemente nuestro futuro como sociedad".
Un futuro prometedor
El futuro de las inversiones sostenibles en República Dominicana y a nivel global parece prometedor. Sicard destaca que los fondos de inversión sostenibles "son una realidad que está transformando la economía y las inversiones en el país", y que hay una gran oportunidad para seguir expandiendo este mercado. Los inversionistas interesados en explorar estas oportunidades pueden comenzar con sumas tan bajas como 10,000 pesos lo que facilita el acceso a este tipo de instrumentos financieros.
A nivel internacional, se espera que el mercado de inversiones sostenibles continúe creciendo a medida que más gobiernos implementen regulaciones que promuevan la transparencia y la estandarización en la medición de los factores ESG. La adopción de tecnologías verdes, el aumento de la demanda por proyectos que mitiguen el cambio climático y la necesidad de soluciones sociales más inclusivas impulsarán este crecimiento en los próximos años.
En resumen, las inversiones sostenibles no solo representan una tendencia pasajera, sino una transformación profunda en la forma en que los inversionistas evalúan el éxito de sus decisiones. Como concluye Daniel Paulino, "las inversiones sostenibles han venido para quedarse", y aquellos que deseen estar a la vanguardia de este cambio deben comenzar a integrar criterios ESG en sus portafolios, contribuyendo no solo a la creación de valor financiero, sino también al bienestar de la sociedad y el planeta.
Por Glenys González