Vestimenta elaborada de textil proveniente de plástico reciclado, agua potable envasada en cartón, vehículos eléctricos, platos y vasos biodegradables, representan propuestas que evidencian la transformación de la industria hacia una producción que impacte lo menos posible el medioambiente.

Los empresarios van tomando conciencia de que sostenibilidad es más que programas de responsabilidad social y altruismo. Hoy, más que nunca, las empresas son aliadas estratégicas en el avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); pues impulsan modelos de negocios que mejoran la calidad de vida de todas las personas. Cada vez más buscan nuevas oportunidades para impactar, mitigar riesgos y contribuir significativamente al logro de los ODS establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).  

La reciente Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, celebrada el pasado mes de septiembre en la ciudad de Nueva York, se presentaba como un hito para acelerar las acciones en favor de las personas y el planeta. Pero no lo fue del todo. El secretario general de la ONU, António Guterres, fue claro en su discurso: “Actualmente, solo el 15 % de las metas de desarrollo sostenible que nos marcamos en 2015 van por buen camino y lo que es peor: muchas incluso están retrocediendo”, sostuvo.

En República Dominicana son muchas las empresas que ya han iniciado este camino sin importar su tamaño o modelo de negocio. Tienen el potencial de cambiar el panorama actual gracias a sus iniciativas, motivando a otras a emprender acciones de responsabilidad social e integrar en sus prácticas este enfoque que, de manera transversal promueve la inclusión, la prosperidad y la sostenibilidad de la Agenda 2030.

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Uno de esos proyectos es Ozeano Swimwear, la apuesta de moda sostenible de Shaina Alonzo, enfocada en la elaboración de trajes de baño utilizando como materia prima botellas plásticas recicladas.

“Como marca, el trabajar de manera consciente nos ha demostrado que sí es posible generar ingresos y al mismo tiempo propiciar un cambio de mentalidad y de hábitos en la sociedad, lo cual, de entrada fue nuestra visión y motor de arranque”, cuenta Alonzo.

El poder de proyectos como el de Shaina radica en que generan un impacto positivo de triple acción: social, económico y medioambiental, temas que actualmente resultan indiscutibles. Así lo puso de manifiesto la 1ª Encuesta sobre prácticas de ESG en Centroamérica y República Dominicana, un reciente estudio realizado por PwC Interaméricas.

Los resultados de esa investigación reflejaron que un 83 % de los directivos encuestados consideran necesario contar con una estrategia de sostenibilidad para ser competitivos en su país, pues ayuda a las organizaciones a fortalecer aspectos como la inclusión, gestión del talento, relaciones con los consumidores y ética empresarial, entre otros, lo que genera una mayor confianza en los públicos de interés.

En otras palabras, el juego cambia radicalmente cuando se introducen indicadores de sostenibilidad para medir el desempeño del negocio. Por lo tanto, quienes deseen continuar dentro del ecosistema deberán redireccionar su estrategia.

Así que, en muy poco tiempo, subirse al tren no será una opción. En ese sentido, el citado estudio determinó además que un 95 % de los profesionales esperan que en los próximos tres años “el compromiso de tomar acciones en sostenibilidad en las actividades de sus empresas aumente, lo que resulta en una muestra clara de que la mayoría tienen claro el valor y el impacto positivo de tomar medidas que mejoren su desempeño en este ámbito”.

Edison Santos, fundador de Eco Mensajería, lo entendió hace más de una década atrás, cuando rara vez sostenibilidad era tema de conversación. Edison se propuso emprender un proyecto que impactara lo menos posible el medioambiente, como parte de la estrategia de su negocio, convirtiéndola en un valor organizacional que conjuga el bien común con la rentabilidad.

“Nuestro proyecto ha demostrado ser rentable, siendo incluso reconocido como un ejemplo regional de movilidad sostenible en la lucha contra el cambio climático por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente”, comenta Santos, destacando además que este emprendimiento es pionero del servicio de última milla sostenible, término que se aplica a los últimos metros del itinerario que hace un paquete antes de llegar a manos del destinatario final.

Actualmente la sustentabilidad debe ser un generador de valor y largo plazo, alineada en todo momento a la estrategia del negocio. La sustentabilidad ayuda a identificar y gestionar riesgos/oportunidades en aspectos ambientales, sociales y económicos, así como identificar aspectos en los cuales la organización puede generar valor e impacto, de acuerdo a Rocío Canal, Socia Líder de Sostenibilidad Deloitte.

Las organizaciones que alinean su estrategia de sustentabilidad con la del negocio, tienen mayor posibilidad de incrementar su valor accionario, así como mejorar su imagen frente a sus grupos de interés, agrega Canal.

A continuación presentamos algunas iniciativas que de manera responsable y comprometida implementan las empresas dominicanas para impulsar el desarrollo sostenible en la nación, especialmente el sector MiPymes, que representa aproximadamente el 98 % del tejido empresarial del país.

Ozeano Swimwear

La industria de la moda es la segunda mayor contaminante de agua. Según estadísticas mundiales, tan solo en un año emplea 93,000 millones de metros cúbicos de agua, cantidad suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas. Según la ONU, cada año, a través de sus aguas residuales, la industria textil vierte al mar medio millón de toneladas de microfibra, el equivalente a derramar tres millones de barriles de petróleo.

Consciente de su impacto y repercusiones a futuro, nace Ozeano Swimwear, una marca dominicana de trajes de baño y accesorios de playa enfocada en el diseño de modas sostenible.

Para la elaboración de sus piezas utilizan textiles de alta calidad y certificados, fabricados a partir de botellas plásticas recicladas (RePET), con el fin de disminuir la contaminación por plástico que termina en los océanos. Con esto compensan el uso de petróleo, emiten menos gases de efecto invernadero y utilizan mucho menos agua y energía. En cuanto a los accesorios, además de reutilizar el textil sobrante de sus producciones textiles, para generar mayor circularidad en la cadena de producción, utilizan el nylon reciclado proveniente de desperdicios industriales pre-consumo, así como fibras naturales como la flor de lila, mayormente recolectada en los ríos y playas de la República Dominicana.

“En Ozeano tenemos la política de lanzar una colección cada 10 u 11 meses, aproximadamente, con la finalidad de promover la moda lenta o consciente, a través estampados únicos y exclusivos que cuenten historias y den a conocer distintos escenarios del país”, explica Shaina Alonzo, fundadora y CEO de este emprendimiento que vio la luz a finales de 2015. 

Ozeano cuenta con una certificación del Sistema B, tras la evaluación de su impacto social y ambiental, considerando la toma decisiones y consecuencias de sus acciones a largo plazo en la comunidad y el medioambiente. Además, donan 1 % de sus ventas a entidades sin fines de lucro que promueven la preservación de los ecosistemas marinos.

Síguelos @ozeanoswimwear

Cájade

La difícil degradación del plástico plantea uno de los desafíos ecológicos más grandes del mundo actual. En este escenario, uno de los grandes protagonistas son las famosas botellas plásticas que, dada sus facilidades de fabricación, costos y distribución, son la opción número uno. Sin embargo, no siempre somos conscientes de sus implicaciones. Por ejemplo, una media de 8 millones de toneladas de plástico es vertida cada año a los océanos, lo cual equivale a vaciar un camión de basura lleno de plástico cada minuto. Y aunque parece que todavía falta mucho para poder prescindir de él completamente, proyectos innovadores salen a la luz con la finalidad de decirnos: “sí es posible”. Es el caso de Cájade, la primera marca dominicana de agua en cartón. Un proyecto que nació en 2020 con el objetivo de combatir el exceso de contaminación plástica causada por los envases 100 % derivados de combustibles fósiles (plástico).

“Como marca brindamos una solución que garantiza el no ser cómplices de la innumerable cantidad de plástico que llenan los vertederos dominicanos y terminan contaminando nuestros ríos y mares, afectando directamente a la flora y fauna nacional”, explican sus socios fundadores, Arnold Espinosa y Emmanuel Concepción.

El envase es elaborado principalmente de papel (70 %), a partir de materia prima certificada por Forest Stewardship Council™, lo cual garantiza que la fibra de la madera ha sido recolectada en bosques gestionados de manera responsable y otras fuentes controladas.

Por otro lado,  cuenta con una tapa de base biológica derivada del 42% de la caña de azúcar, certificada por Bonsucro, organización global dedicada a la reducción de los impactos sociales y medioambientales que resultan de la producción de la caña.

Pero esto no es todo. El agua proviene del río Básima, afluente del río Haina, catalogado por Gonzalo Fernández de Oviedo (militar, escritor, botánico, etnógrafo y colonizar español), como “el que tiene la mejor agua en toda la isla; uno de los más rentables debido a su fertilidad”. La misma es envasada asépticamente, es decir, después del proceso de purificación, el contenido va directo al recipiente sin siquiera tener contacto con partículas de aire.

Actualmente cuentan con la certificación Carbon Trust, que valida que el envase representa para el medioambiente un 75 % menos de consumo de huella de carbono que las botellas plásticas.

Síguelos @cajadeagua_do

Green Depot

El problema principal de los plásticos de un solo uso es que son desechados en minutos. Apenas se registran en nuestra mente. Los más demandados son los utilizados para el envío y servicio de comidas, como botellas, vasos, platos, pajillas y bolsas. Anualmente, en todo el mundo se produce alrededor de 300 millones de toneladas de plástico. De esta cifra, la mitad corresponde a artículos de un solo uso. Nada más y nada menos que el equivalente a casi todo peso de la población humana.

Dicho esto, no causa sorpresa el hecho de que nos encontramos ante un grave problema que ha implicado incluso la creación de leyes en varios países que prohibirán su uso en lo adelante.

La actual tendencia hacia un mundo más sostenible también ha llegado a esta industria. Tal es la fuerza que las estadísticas apuntan a que el 86 % de los consumidores, incluso pagarían más por aquellos que resulten ser más sostenibles. De ahí que las posibilidades del reciclaje han mutado a nuevas soluciones, como resultan ser los envases amigables con el medioambiente. Y en República Dominicana, desde 2011 esto es una realidad gracias a Green Depot, la primera fábrica de envases biodegradables del país y el Caribe.

“Utilizamos yagua de palma como materia prima, caídas de forma natural y recolectadas por más de seis comunidades rurales pertenecientes a distintas zonas del país, las cuales han sido integradas a un modelo de desarrollo ambiental y social que se traduce en ingresos sostenibles, ecológicos y limpios para ellos”, nos cuenta su fundador, Porfirio Báez.

Actualmente, su portafolio de productos cuenta con unas 12 variedades, entre platos, bandejas y cucharas desechables, 100 % natural y biodegradable, con el que evitan el uso de resinas de origen fósil, de alto impacto ambiental, y revalorizan un desecho natural que había perdido el interés.

Por su impronta positiva en el ámbito social y ambiental, Green Depot ha obtenido la certificación Sistema B, que avala su gestión sostenible y responsable.

Síguelos @greendepotrd

EcoMensajería

Resulta difícil imaginar la sociedad actual sin la existencia de los vehículos de motor. A diario, millones de unidades circulan alrededor del mundo con múltiples fines. Sin embargo, a pesar del avance que supuso su aparición, hoy día encabezan la lista de los principales agentes de contaminación ambiental, desde el momento de su producción hasta su destrucción o abandono como residuo. Por eso, optimizar su uso y reducir al mismo tiempo su impacto medioambiental, a través de medidas preventivas como principal arma para combatir la contaminación vehicular ha sido el motor de arranque de Eco Mensajería, la primera y única empresa de mensajería ecológica de la República Dominicana.

“Desde el año 2013 nuestro propósito ha sido apostar a una ciudad más sostenible, disminuyendo considerablemente las emisiones de CO2 en las distintas cadenas de valor de la sociedad y grupos de interés de nuestros aliados, transformándolos desde nuestras acciones en consumidores responsables”, cuenta Edison Santos, CEO de Eco Mensajería y fundador de Emprendimiento Sostenible, una firma de consultoría y desarrollo de proyectos, productos y servicios rentables y de bajo impacto social y ambiental.

En la actualidad, hasta lograr un parque vehicular 100 % eléctrico y recargado con energía renovable, complementan sus servicios con carros híbridos, motos de baja emisión, bicicletas y mensajeros de a pies. Sin embargo, comprometidos con mantener sus operaciones carbono neutrales, esto resulta compensado mediante la compra de créditos de carbono que apoyan proyectos dominicanos de energía renovable, certificados por la Quality Assurance Standard (QAS) for Carbon Offsetting, Verified Carbon Standard y la ISO 14001:2015.

A diez años del inicio de sus operaciones, Eco Mensajería ha logrado impactar varios indicadores sociales y ambientales, entre ellos:

+495,577 kg de CO2 evitados.

+5,500,000 km recorridos de forma eléctrica.

+100 vueltas al mundo, sin ruido ni contaminación del aire.

+56,634 galones de gasolina evitados.

+1,726,225 KWh de energía ahorrados, al pasar de combustible a electricidad.

Además, han logrado evitar la potencial contaminación de +382 millones de galones de agua limpia, por la no utilización de +565 galones de aceite usado de motor.

Síguelos @ecomensajeriard

Por Leandro Sánchez