La gestión de riesgos exitosa se basa en un entendimiento claro y una participación activa de todos los miembros de la organización.

El entorno VUCA (siglas en inglés que siginifica volatility, uncertainty, complexity y ambiguity; en español: volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) está acelerando los cambios en el mundo empresarial. Las organizaciones deben adaptarse con inteligencia para seguir siendo competitivas.

Sin embargo, muchas siguen operando de manera defensiva, ralentizando sus iniciativas de transformación y poniéndose en riesgo de volverse irrelevantes o, incluso, desaparecer. Para sobrevivir, es esencial que las empresas adopten un enfoque proactivo ante los riesgos que enfrentan con este nuevo panorama.

Por Andrea Ramírez

Sostener el éxito empresarial a largo plazo en este entorno requiere un enfoque dual: por un lado, estrategias proactivas e innovadoras para construir y aumentar la confianza de los distintos grupos, inversores, empleados, clientes, proveedores etcétera; y, por otro, un plan sólido de gestión de riesgos que integre inversiones en tres capacidades: predicción, preparación y resiliencia. Este enfoque integrado permite a las organizaciones navegar en este ambiente VUCA, aprovechar oportunidades y reforzar su ventaja competitiva a lo largo del tiempo.

Los riesgos financieros y operacionales suelen recibir la mayor atención. No obstante, otros tipos de riesgos, como los prevenibles, estratégicos y los externos relacionados con el entorno VUCA, también son cruciales y requieren estrategias diferenciadas.

Los riesgos prevenibles, que son internos y controlables se gestionan eficazmente a través de prácticas tradicionales, basadas en reglas claras y monitoreando procesos operativos para guiar el comportamiento organizacional.

Los riesgos estratégicos son aceptados voluntariamente por la organización en busca de mayores retornos, y están vinculados al modelo de negocio o a los objetivos a largo plazo; mientras que los riesgos externos, como los derivados de un entorno VUCA, son más complejos, pues están fuera del control directo de la empresa, pero impactan profundamente en su estabilidad, crecimiento y capacidad para innovar.

Aunque la gestión de riesgos basada en reglas es eficaz para los riesgos prevenibles, los estratégicos y los externos requieren una aproximación más flexible.

La clave del éxito está en construir una cultura organizacional abierta y transparente, donde los líderes y empleados, desde sus propias areas y competencias, puedan identificar y discutir riesgos. Este enfoque no solo ayuda a mitigar amenazas, sino también a aprovechar oportunidades emergentes, permitiendo que las organizaciones sigan siendo resilientes y competitivas en un entorno cambiante.

La transparencia y la responsabilidad compartida no solo reducen vulnerabilidades, sino que también potencian la confianza y la resiliencia de la empresa. En un entorno globalizado, donde la incertidumbre es la norma, las organizaciones que fomentan una cultura abierta y colaborativa están mejor posicionadas para identificar amenazas antes de que se conviertan en crisis.

Para ser eficientes con esta estrategia es fundamental superar ciertos sesgos culturales, como el miedo al compromiso o el pensamiento grupal. Estos sesgos dificultan la discusión sobre riesgos y limitan la capacidad de la organización para prepararse para lo inesperado.

La gestión de riesgos exitosa se basa en un entendimiento claro y una participación activa de todos los miembros de la organización. Sin embargo, no se trata solo de una mirada interna: también implica conocer bien a los diferentes stakeholders que se ven impactados y hacerse acompañar de especialistas en manejo de la confianza, que permitan ver el bosque completo y no solo los árboles.

La gestión del riesgo empresarial no tiene éxito cuando se evita el riesgo, sino cuando se comprende, se asume y se gestiona con claridad, valentía y visión.

Andrea Ramírez Bravo es especialista en comunicación estratégica, manejo de crisis y construcción de narrativas. Se desempeña como gerente general de Caribbean Porter Novelli.

Las opiniones expresadas en este artículo son exclusiva responsabilidad de su autora y no tienen que ver con la posición de Forbes República Dominicana.