La región centroamericana enfrenta de forma similar los problemas del comercio ilegal de combustibles al igual que México, EE.UU.
En la actualidad, la gran mayoría de los países de nivel mundial realizan actividades de comercio internacional. Muchos de ellos liberando sus políticas económicas a través de tratados de libre comercio, uniones aduaneras, acuerdos de cooperación y de integración económica, entre otros.
Centroamérica sumada a esta tendencia global, representa una región del mundo importante para llevar a cabo actividades comerciales en la región.
Sin embargo, unos de los factores que se hacen presente en algunos de los países que guardan relaciones comerciales con la región centroamericana es el robo de combustibles, como México y Venezuela. Lo cual tiene consecuencias negativas por los métodos utilizados por los grupos criminales que se involucran en esta actividad, así como los impactos para el medio ambiente, el desarrollo económico de los países y en su caso la región en la medida que este robo se contrabandea sin el pago de impuestos al comercio exterior, e impuestos que se gravan a los mismos por parte de los países que importan en la región.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2004 se importaron un total de 94,737,000 barriles de hidrocarburos en el Istmo Centroamericano, 83,5% de los cuales correspondieron a derivados y sólo 16,5% a crudos. Venezuela atendió 43,7% de las necesidades de hidrocarburos de la región, seguido de Estados Unidos, con 16,7%, Ecuador 6,1%, Chile 5,6% y Trinidad y Tabago con 3,5%.
El consumo total de derivados del petróleo en 2004 fue de 95.1 millones de barriles. El consumo final de derivados de petróleo alcanzó casi 77 millones de barriles. El mayor mercado lo constituyó Guatemala (24,7%), seguido por Costa Rica (19,7%), El Salvador (17,2%), Panamá (15,3%), Honduras (14,2%) y Nicaragua (8,9%). Además, la producción de electricidad consumió 18,6 millones de barriles de derivados, 85,8% de los cuales correspondieron al búnker (combustóleo) y 14,2% al diesel. Cabe destacar que el mayor consumo de derivados para la producción eléctrica se registró en Guatemala (29%), seguido por Honduras (25%), Nicaragua (17%), Panamá (14%), El Salvador (13%) y Costa Rica (1%).
El contrabando evita la recaudación por la importación, la venta, comercialización y transporte de los combustibles, lo que genera una pérdida o evasión de los ingresos del Estado, que son empleados para los programas y planes de desarrollo para sus países, así como los efectos en las tarifas y precios que pagan los consumidores por los combustibles.
El contrabando está ligado a organizaciones criminales que controlan el robo de hidrocarburos o de la importación ilegal de los mismos, lo que genera una competencia desleal que hace que se oferten precios por debajo del mercado formal, lo que evita la competencia y disuade la inversión en el sector, por la violencia, corrupción y problemas sociales que se genera, debilitando el Estado de Derecho y la desconfianza en las instituciones y autoridades, así como la falta de capacidad del gobierno para combatir el delito. Amén de los daños ambientales.
En los países productores de petróleo como México y Venezuela los gobiernos aplican subvenciones con el fin de regular el precio de los combustibles para los consumidores, lo que hace que los combustibles subvencionados sean atractivos para su robo y su exportación ilegal a los países que comparten fronteras cercanas como México y Venezuela con Centroamérica.
En la red de esta ilegalidad intervienen tanto organizaciones criminales, como funcionarios de gobierno de diferentes niveles e instituciones y el sector privado ligado a los mismos o aquellos que prestan sus servicios a empresas ligadas a estos grupos.
De acuerdo con Dagne, existen cinco fronteras más peligrosas de Latinoamérica, de las cuales dos se encuentran en la parte norte de la región centroamericana. En las fronteras México-Guatemala y Honduras-Guatemala se encuentran asentadas todo tipo de actividades ilícitas, las cuales se mezclan y
facilitan entre sí, de esta manera el contrabando abierto o al menudeo extendido de productos alimenticios, abarrotes, bebidas, cigarros, combustibles, ropa y otros productos, se ha convertido en una estampa común en las regiones fronterizas de Centroamérica.
Las actividades ilícitas del contrabando, la defraudación aduanera, la piratería y la falsificación han alcanzado un nivel sin precedentes y afectan en muchos aspectos a la sociedad y la economía. Además, en Centroamérica los controles aduaneros y tributarios necesitan reforzarse de forma conjunta entre los países de la región.
Los principales cruces fronterizos terrestres en donde se presentan cruces ilegales de combustibles, además de puntos ciegos, brechas o medios balsísticos son:
- Panamá-Costa Rica: Paso Canoas
- Costa Rica-Nicaragua: Peñas Blancas
- Nicaragua-Honduras: Guasaule y Las Manos
- Honduras-El Salvador: El Poy y El Amatillo
- Honduras-Guatemala: El Florido
- Guatemala-El Salvador: Pedro Alvarado-La Hachadura
- Guatemala-México: Tecún Umán
Comercio ilegal de combustibles y sus efectos multilaterales en la región
Una de las formas más utilizadas además de las vías marítimas y que son menos costosas y redituables para el contrabando de combustibles en la región es el transporte por medio de pipas, semirremolques y transportes de carga.
Derivado del problema del huachicol fiscal (defraudación fiscal por contrabando fiscal), del robo de hidrocarburos, adulteración de combustibles, aparición de aditivos que buscan sustituir combustibles como el supuesto “etanol” que se vende en puntos o locales con baja regulación, sin protección o seguridad industrial y ambiental en el despacho y con recomendaciones de mezcla con gasolina para ahorrar en el precio del mismo y que contravienen las normas de calidad de los petrolíferos, además del daño en el corto y mediano plazo a dichos motores pero que atiende un sector especifico de la población con demanda muy elástica (o sensible) al precio de los combustible y con desconocimiento de lo que se le suministra al vehículo (i.e. taxistas, puestos de venta en carreteras, zonas agrícolas marginadas), que México está enfrentado.
Ha propiciado que este contrabando fiscal se desplace en México a la frontera sur con Guatemala y Bélice, impulsado por redes criminales, en colaboración con agentes aduanales, compañías navieras, empresas ligadas o creadas para ese fin.
De acuerdo con un reporte del gabinete de seguridad, los grupos criminales, junto a empleados de la empresa productiva del Estado, Petróleos Mexicanos (Pemex), aduanas y empresas navieras, transportan el combustible en pipas después de que se descarga en los recintos portuarios y en zonas clandestinas en el sureste del país.
Indica que la corrupción de empleados de Pemex y la falsificación de documentos aduaneros para facilitar el transporte ilegal de hidrocarburos incrementó el tráfico de huachicol fiscal, afectando la economía en la región fronteriza de México con Guatemala y Belice, donde se venden ilegalmente combustibles a precios más bajos que en las estaciones de servicio.
Los principales cruces de México hacia Centroamerica son:
- Río Suchiate a Tecún Umán: paso de mercancías por balsa.
- Huehuetenango-La Mesilla: zona montañosa con numerosos pasos ciegos.
- Costa sur de Guatemala: rutas por fincas y parcelas.
- Río Hondo (Belice): zonas cañeras utilizadas para cruzar gasolina.
- Río Dulce: vía acuática para el tráfico de cigarrillos y mercancías.
Lo que sumado al contrabando proveniente de Venezuela está ocasionando pérdidas en los estados integrantes de la región Centroamericana como es el caso de Honduras, está perdiendo US$230 millones al año en ingresos debido al contrabando de combustible, para el 2013 de acuerdo con su ministro de Economía y Comercio, el combustible importado ilegalmente le costaba al país el equivalente a un diez por ciento de sus importaciones anuales de combustible, que dijo corresponde a US$ 2,3 mil millones.
Actualmente, se están realizando esfuerzos conjuntos binacionales con el fin de combatir por parte de las instituciones de seguridad, de economía, de finanzas de cada País para combatir de manera conjunta este problema y desmantelar un problema que se está expandiendo de manera crecciente desde la frontera norte de México y desde la frontera sur de centroamerica.
SOLUCIONES COMPARTIDAS CON VISIÓN REGIONAL PARA EL COMBATE AL COMERCIO ILICITO DE COMBUSTIBLES
En resumen, la región centroamericana enfrenta de forma similar los problemas del comercio ilegal de combustibles al igual que México, EE.UU., y muchos países del mundo, sobre todo en los productores de petróleo con subvenciones a sus combustibles, en los que inciden factores como instituciones débiles, escala de valores alterada por la búsqueda del dinero fácil y compleja situación social, donde la pobreza obliga a las personas a buscar una forma de agenciarse de recursos ante la escasez de oportunidades, que son aprovechadas por el agrupaciones criminales para agendarse de una fuente de financiamiento importante y no fiscalizada o bien con parámetros de redes de corrupción y de las cadenas de valor en los países de la región que generan problemas sociales, económicos, ambientales, de seguridad y debilitación del Estado.
Una de las formas de poder abordar la problemática, es por medio de acuerdos y cooperación internacional con los países de la región y sus autoridades de cada país para sumar esfuerzos concretos, reforzamiento de puntos de intersección e inspección, compartir información de seguridad que permita detectar las personas, empresas y logística identificada. Además de legislación con combate del contrabando y la defraudación aduanera y fiscal.
Una forma que se pueda dimensionar las pérdidas por ingresos tributarios de los Estados integrantes ayudaría para la medición de la problemática con un sistema de medición e informático integrado y de evaluación para los países y la región para establecer objetivos en donde se detecten el incumplimiento de estos objetivos o bien integrando nuevos indicadores que permitan revisar los avances en contra de este contrabando de combustibles y de los delitos y problemáticas asociadas con el mismo.
Por: MBA. Víctor Hugo Juárez Cuevas*
*El autor es CEO y socio fundador de Edge Innovation que asesora y da consultorías a empresas líderes del sector energético en México. Participante en la integración de las reformas energéticas y estructurales de México. Autor del libro: Fondo de desarrollo para los municipios fronterizos de México: Una visión de política pública que logró su implementación en el Congreso de la Unión.
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