Los programas enfocados en el desarrollo la mujer son indispensables para eliminar los sesgos y reducir las grandes desigualdades que se presentan en el acceso al trabajo en nuestra sociedad, dice Adriana Giudice, CEO de Austral Group.
Estamos presenciando un preocupante cuestionamiento en la agenda de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en las empresas y en el sector público. El discurso de ciertos líderes está logrando posicionar la idea de que estas iniciativas son una imposición ideológica, ignorando que son el resultado de décadas de lucha por la equidad.
En EE.UU. y América Latina, se desmantelan programas de diversidad bajo el argumento de que “dar oportunidades a las minorías es perjudicar a las mayorías”. Se sataniza la agenda feminista y se intenta reducir la inclusión a una moda pasajera. La administración Trump ha impulsado medidas que afectan negativamente a la comunidad LGBTQ+ y la equidad de género. En Argentina, el gobierno eliminó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, y se redujo el presupuesto para la lucha contra la desigualdad de género. En el Perú, se ha propuesto fusionar el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables con el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
El sector empresarial también ha dado marcha atrás. Goldman Sachs ya no exigirá diversidad en juntas directivas, revirtiendo una política clave del 2020. Gigantes como Amazon, Google y Meta han reducido sus programas DEI. Apelar a la “meritocracia” para cuestionar la inclusión es un error. El talento es clave, pero el acceso a oportunidades ha sido históricamente desigual.
Según el Banco Mundial, el avance de la mujer puede aumentar el PBI mundial en 20%. Sin embargo, quieren convencernos que la agenda DEI no es necesaria, cuando es evidente que los programas enfocados en el desarrollo la mujer son indispensables para eliminar los sesgos y reducir las grandes desigualdades que se presentan en el acceso al trabajo en nuestra sociedad, donde además las mujeres y las niñas estamos expuestas a una infame violencia de género que viola y mata todos los días.
Si hoy no defendemos los avances logrados, como la inclusión de la igualdad de género en nuestra estrategia de sostenibilidad, la creación de comités y políticas de equidad al interior de las compañías y el impulso de programas de empoderamiento con presupuesto asignado, el riesgo es claro: estos avances pueden detenerse o incluso retroceder. No se trata de ideologías, sino de garantizar que el futuro sea más justo y equitativo para todos. Es nuestra responsabilidad levantar la voz y evitar que ello suceda.
Por Adriana Giudice es CEO de Austral Group
Las opiniones expresadas son solo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Dominicana.