Por Daniela Álvarez de Lugo En la famosa película Matrix, el protagonista, Neo, enfrenta una encrucijada que cambiará su vida para siempre: elegir entre la pastilla azul, que le permite permanecer en una realidad cómoda y predecible, o la pastilla roja, que le revela la dura y peligrosa verdad sobre su existencia, una realidad que […]
Por Daniela Álvarez de Lugo
En la famosa película Matrix, el protagonista, Neo, enfrenta una encrucijada que cambiará su vida para siempre: elegir entre la pastilla azul, que le permite permanecer en una realidad cómoda y predecible, o la pastilla roja, que le revela la dura y peligrosa verdad sobre su existencia, una realidad que implica enfrentar desafíos reales.
Este panorama refleja la situación que enfrentan las empresas hoy día. Al igual que Neo, muchas organizaciones optan por ignorar los riesgos cibernéticos que las rodean, convencidas de que están a salvo y que sufrir algún tipo de vulnerabilidad digital es algo ajeno.
Sin embargo, esta decisión las deja expuestas ante amenazas significativas que pueden poner en peligro su operación, reputación y seguridad financiera.
También puedes conocer aquí cuál es el nuevo Talón de Aquiles de las empresas.
Un reciente estudio de Kaspersky, titulado Redefiniendo el Factor Humano en la Ciberseguridad, revela que el 67% de los ciberataques a empresas en América Latina fueron considerados como graves en los últimos dos años.
Sorprendentemente, más del 43% de estas organizaciones creen que tienen todo lo necesario para protegerse. Este optimismo puede ser peligroso y refleja una falta de conciencia sobre la verdadera naturaleza de las amenazas digitales.
Además, la investigación destaca que el error humano es la causa principal de los incidentes de ciberseguridad, representando un alarmante 41% de los casos. Esto subraya la necesidad de capacitar a los empleados en prácticas básicas de seguridad digital.
Una cultura de ciberseguridad
Al igual que Neo tiene que aprender a navegar en un mundo lleno de peligros, los trabajadores deben ser formados para identificar desde correos electrónicos de phishing hasta amenazas digitales mayores.
Uno de los grandes villanos de esta historia es la falta de inversión en ciberseguridad y la violación de protocolos, más teniendo en cuenta que el 30% de empresas en América Latina experimentaron al menos una violación de seguridad en los últimos dos años, según el mismo informe de Kaspersky.
Las empresas que no ven la ciberseguridad como una prioridad a menudo terminan enfrentando consecuencias severas, casi como si estuvieran subestimando a su “enemigo”.
Cultivar una cultura organizacional donde la ciberseguridad sea una prioridad compartida es fundamental. Esto comienza con la capacitación: cada empleado debe ser un agente activo en la defensa de la información.
Imagine sesiones regulares donde se simulan ataques de phishing o ransomware, no solo para educar, sino para preparar al personal a reaccionar adecuadamente ante amenazas reales.
La inversión en tecnología no debe verse como un gasto, sino como una necesidad. Herramientas avanzadas de ciberseguridad pueden marcar la diferencia entre una defensa efectiva y una exposición innecesaria a riesgos.
Al integrar estas tecnologías, las empresas no solo protegen sus sistemas, sino que envían un mensaje claro: la seguridad es un valor fundamental.
No podemos dejar de lado la importancia de establecer políticas de acceso claras. La información sensible debe estar bajo control, y el acceso debe ser otorgado solo a aquellos que realmente lo necesitan.
Un incidente de fuga puede generar pérdidas de hasta 1.23 millones de dólares para las grandes empresas y de 120,000 dólares para los pequeños negocios, lo que representa un golpe financiero casi imposible de recuperar. Esto no es solo un protocolo; es una práctica que resguarda la integridad de la organización.
Es crucial que todos en la empresa comprendan su rol en esta misión. Al igual que en Matrix, donde cada personaje tiene su papel en la lucha contra el sistema, cada empleado debe entender que su contribución es vital. La ciberseguridad no es solo responsabilidad del departamento de TI; es un esfuerzo colectivo que requiere el compromiso de todos.
Al adoptar un enfoque proactivo hacia la ciberseguridad, las empresas pueden defenderse contra las amenazas digitales y asegurarse de que su historia no termine en un desastre. Solo enfrentando esta realidad con conciencia y preparación, pueden navegar con confianza en un mundo cada vez más digital.
Al final del día, cada empresa debe hacerse una pregunta crucial: ¿elegirán la pastilla azul y se quedarán en la ignorancia, o tomarán la pastilla roja, eligiendo conocer la verdad y tomar las riendas de su seguridad? La elección puede marcar la diferencia entre la supervivencia y el colapso en un paisaje digital que evoluciona rápidamente.
Este artículo es de la autoría de Daniela Álvarez de Lugo, gerente general para la Región Norte de América Latina en Kaspersky.
Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad única de su autora y son independientes a la posición editorial de Forbes República Dominicana.