La tecnología y la inteligencia artificial, en específico, están transformando el marketing, el servicio al cliente y los procesos de ventas. Pero, es apenas la punta del iceberg de muchos cambios que se están sucediendo en el mercado, en los organismos gubernamentales y en nuestra condición humana. ¿Frente a todo esto qué puede hacer una […]
La tecnología y la inteligencia artificial, en específico, están transformando el marketing, el servicio al cliente y los procesos de ventas. Pero, es apenas la punta del iceberg de muchos cambios que se están sucediendo en el mercado, en los organismos gubernamentales y en nuestra condición humana. ¿Frente a todo esto qué puede hacer una mediana empresa, un profesional, un ente gubernamental? Cambiar, evolucionar, aprender de Darwin; pero eso sí, a toda prisa. De lo contrario, podría significar la caducidad de los profesionales, las empresas y hasta las economías nacionales.
Cambiar implica lidiar con la incertidumbre, no lo niego, no lo niegan tampoco las investigaciones. La American Psychological Association ha detectado inestabilidad entre las emociones de los profesionales estadounidenses. Un sentimiento que surge por una discordancia entre las funciones y/o las habilidades individuales y las demandas de sus empleos, a tal punto que puedan sentir amenazada la continuidad de su medio de subsistencia, si no resuelven ese desencuentro.
¿Y los gerentes la están pasando igual de mal? Parece que sí. La firma Accenture hace un análisis anual sobre los indicadores de cambio. En 2022, las transformaciones tecnológicas ocupaban el sexto lugar de importancia. En 2023 pasaron al primero.
El estudio establece, además, que 88% de los líderes ejecutivos a nivel mundial preveían un ritmo de cambio más acelerado para el 2024. Mientras que el 52% de los consultados afirmaban no estar preparados para los cambios a los que se enfrentarían en 2024.
Ahora bien, en el decálogo de este servidor, también llevo escrito que cambiar significa experimentar, no abandonar el ámbito lúdico de la vida. Permítanme aplatanarlo: ¡cambiar es jugar y crear!
Ya lo vimos: desde el talento hasta la alta gerencia tienen un vilo compartido. Hay un miedo que no se verbaliza en las organizaciones.
Tenemos nuevas exigencias en el mundo empresarial: nuevos patrones de consumo, adelantos tecnológicos, hiperpersonalización del marketing, solicitudes sociales y medioambientales, competitividad múltiple, mayores deseos de bienestar de los colaboradores, etcétera.
Creo, humildemente, que ese miedo hay que ponerlo sobre la mesa — la más grande que tengamos en nuestras oficinas—, conversarlo y comenzar un proceso de transformación.
Tras 20 años de operaciones, en Newlink Dominicana hemos ido aprendiendo esto, poco a poco.
Hemos visto que la diversidad, la inclusión y la equidad han fortalecido a nuestra firma de consultoría en comunicación estratégica hacia una forma de trabajo más ágil y completa.
También nos ha servido para entender que tenemos una vocación especial: nos gusta acompañar a otras organizaciones más allá de nuestras obligaciones ordinarias, y hacer de sus metas nuestras metas.
Tenemos un gusto por el bienestar común, por eso hemos empezado a asesorar a otros sobre los primeros pasos hacia operaciones más amigables con el medio ambiente.
Hemos reparado en lo importante que es decirnos: “Somos grandes, estamos hechos para cosas grandes y las estamos alcanzado”. Eso nos ha llevado a inspirar a otros con un nuevo acompañamiento en branding.
Todos esos crecimientos nos llevan, en este nuestro vigésimo aniversario, a transformarnos en The Engagement Company de República Dominicana. Esto no es más que ser ese ente que propicia y construye nexos de valor entre actores capitales para el desarrollo nacional.
En Newlink cambiamos, no sin miedo, eso si administrándolo y no quedándonos quietos, hemos tenido como recompensa nuevos bríos y miradas, y lo hemos logrado gracias al talento de nuestra gente y nuestros procesos, a nuestros fieles clientes del sector privado y público, y a este maravilloso país que llamamos casa.
Por Eduardo Valcárcel, publicista, mercadólogo y especialista en comunicación estratégica, managing partner de NewLink Group
Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad de su autor y no tienen que ver con la opinión de Forbes República Dominicana.