La producción de cerveza genera alrededor de 23 millones de empleos en 70 países del mundo, según un estudio elaborado por Oxford Economics.
Por Heine Dalsgaard y colaboradores
La próxima vez que usted se tome una cerveza, ya sea en una fiesta, una cena, una comida al aire libre o un estadio, considere brindar también por la forma en que esa bebida soporta las economías locales alrededor del mundo.
A diferencia de gran parte de nuestra economía moderna, la cerveza sigue siendo una industria intensamente local. De hecho, alrededor del 89% de todas las materias primas utilizadas por el sector cervecero son producidas en el país donde se vende el mismo producto.
Incluso las grandes compañías que operan en diferentes mercados, generalmente producen y distribuyen sus productos relativamente cerca de sus consumidores.
Como resultado, la elaboración de cerveza brinda enormes beneficios económicos a las comunidades locales a través de una cadena de valor que se extiende desde los agricultores hasta los transportadores del producto, incluyendo a los detallistas pequeños, clientes, restaurantes, bares y establecimientos del sector de servicios.
Motor de crecimiento
El reciente informe titulado “Beer’s Global Economic Footprint”, o en español “Huella económica global de la cerveza”, elaborado por Oxford Economics en nombre de la Worldwide Brewing Alliance (WBA, por sus siglas en inglés), es el primer documento de su tipo en estudiar el impacto económico global de la cerveza.
El informe destaca que la cerveza contribuye de forma masiva al PIB mundial, así como a la creación de empleos y recaudación de impuestos. Por ejemplo, en 2019 la cerveza contribuyó con 555 billones de dólares al PIB mundial, con un promedio de 0.8% del PIB por país.
Ese mismo año, la industria también aportó más de 23 millones de empleos y generó 262 billones de dólares en ingresos fiscales para los gobiernos. Esto evidencia que la industria cervecera es verdaderamente un motor de crecimiento económico formidable.
La Industria cervecera genera alrededor de 23 millones de empleos en el mundo.
La cadena de valor de la cerveza fue fuertemente golpeada por la pandemia del COVID-19, particularmente los bares, pubs y restaurantes donde nuestros consumidores se reunían para disfrutar de los momentos de celebración y amistad. Los millones de empleos impulsados por la industria dependen de que las personas puedan reunirse, precisamente el tipo de actividades más impactadas por esta crisis sanitaria.
El apoyo sostenido de la política fiscal para los sectores más afectados por la pandemia, como el de servicios, está ayudando, pero el proceso de recuperación sigue siendo desigual. No está tan avanzado en las economías en desarrollo, donde los gobiernos tienen menor capacidad para brindar apoyo financiero de emergencia.
Gracias al informe de Oxford Economics, ahora sabemos que la cerveza puede desempeñar un papel clave en la actual recuperación económica de estos mercados, ya que la contribución económica de la industria cervecera en los países de bajo nivel de ingresos es incluso mayor que el promedio mundial.
Generación de riqueza
Los cerveceros buscan intencionalmente formas de vincular sus cadenas de valor a las economías locales y propagar su beneficio de manera más amplia.
Ejemplos de esto incluyen cuando los cerveceros obtienen ingredientes para la cerveza localmente, como el lúpulo y la cebada en los Estados Unidos, la yuca en Colombia o el sorgo en Nigeria, que les sirven para elaborar marcas locales; o trabajan para llevar a pequeños comercios en mercados emergentes a la era digital. Ambas iniciativas pueden mejorar la productividad en toda la cadena de valor, beneficiando a los cerveceros junto a los agricultores y detallistas locales.
El sector de la cerveza es significativamente más importante para la economía nacional de países de bajos ingresos y países de ingresos medianos bajos. En Camboya, el gasto en la cadena de suministro y los pagos de salarios en esa industria representaron el 4,3 % del PIB en 2019. En Lesotho y Bolivia, la cifra equivalente es del 2,8 %, mientras que en República Dominicana y Mozambique es del 2,7 %.
Junto con estas iniciativas económicas, reconocemos que el crecimiento de la industria cervecera siempre debe ir acompañado de un compromiso para garantizar que nuestros productos se comercialicen y consuman de manera responsable.
Esto ha sido aceptado por muchos gobiernos que en sus políticas incentivan a los consumidores a consumir bebidas con menor grado alcohólico, como la cerveza, que tiene el potencial de reducir el consumo nocivo de alcohol en la población.
Los cerveceros de todos los tamaños también están contribuyendo con esta tendencia mediante inversiones para continuar desarrollando el segmento de cerveza con bajo contenido de alcohol y sin alcohol alrededor del mundo.
Nosotros también estamos llevando estos esfuerzos a la cadena de suministro, por ejemplo, a través de programas que enseñen a clientes, bartenders y trabajadores de restaurantes las habilidades y herramientas necesarias para brindar un servicio de bebidas responsable.
República Dominicana es el quinto país, entre 12 países latinoamericanos analizados para el informe de Oxford Economics, que más ventas de cerveza registra, alcanzando una cifra de 2,204 millones de dólares al año.
Tenemos la certeza de que la cerveza puede motivar la recuperación económica para la prosperidad compartida de nuestras comunidades, pues apoyar la industria cervecera, que es altamente productiva, eleva las economías de todo el mundo y, en última instancia, ayuda a que las comunidades locales y los países prosperen. Así que ¡brindamos por eso!
En la redacción de este artículo participaron Heine Dalsgaard, CFO de Carlsberg; Tracey Joubert, CFO de Molson Coors; Fernando Tennenbaum, CFO de AB InBev; y Harold van den Broek, CFO de HEINEKEN
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes República Dominicana.