Es preciso revisar algunas cargas impositivas, por ejemplo, a las telecomunicaciones, renglón en el que somos el segundo país con más impuestos en toda la región.
Por Eduardo Valcárcel
El presidente Luis Abinader desea ser recordado como el gran reformador de la República Dominicana. Esa idea es pública desde su campaña, cuando prometió liderar una transformación en el país, y ha hecho esfuerzos significativos por cumplir.
El mandatario de República Dominicana ha logrado notas sobresalientes, por ejemplo, en el manejo del Covid-19, la realización del año escolar en medio de la pandemia y la recuperación económica. El mandatario confía en que el país puede convertirse en una democracia sólida, con una economía fuerte.
Al cumplirse su primer año como presidente de República Dominicana, Abinader convocó a un diálogo nacional con los partidos políticos y el liderazgo social en busca de consensuar 12 reformas clave para la transformación del Estado, incluyendo una reforma fiscal.
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Así, Luis Abinader, aspira a producir un cambio en cuanto a transparencia e institucionalidad, electricidad, combustibles, agua, seguridad ciudadana, modernización del Estado, educación, salud, seguridad social, transporte, transformación digital, impuestos y trabajo.
De consensuarse y llevarse a la práctica, esas reformas impactarán de manera positiva en la transformación de República Dominicana.
La reforma fiscal
En cuanto a la reforma fiscal, que debe ser analizada con sumo cuidado, es cierto que la pandemia obligó al Estado a aumentar el gasto e incrementar la deuda pública internacional, por lo que ahora es necesario elevar las recaudaciones. Pero una transformación fiscal debe hacer un balance que evite ralentizar el desarrollo de República Dominicana.
El presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP), Pedro Brache, expresó que la Estrategia Nacional de Desarrollo llama a un pacto fiscal, no a una reforma, y hay temas prioritarios que atender, como el déficit del sector eléctrico producto de los subsidios, y que sobrepasa el 1% del PIB, el cual se proyectaba desmontar a partir de noviembre 2021.
Los industriales también expresaron que las reformas fiscales deben buscar la forma de producir más ingresos, reorientar y racionalizar el gasto público, además de eficientizarlo.
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El presidente Luis Abinader ya tiene las líneas generales del proyecto de reforma fiscal, que presentará a líderes políticos y sociales en las próximas semanas. En esas discusiones es clave preservar el atractivo del país a nivel mundial y cuidar los avances alcanzados. Hay que tener mucho tacto con los avances en la lucha contra el comercio ilícito; analizar con óptica de largo plazo los incentivos al turismo y a la zona franca; hay que adoptar a la industria minera en todo su potencial, y cuidar algunos impuestos que impactarían la canasta básica.
Es preciso revisar algunas cargas impositivas, por ejemplo, a las telecomunicaciones, renglón en el que somos el segundo país con más impuestos en toda la región.
Linkedin: Eduardo Valcarcel B.
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