Afianzar una cultura de frío en los generadores de productos perecederos será determinante para que República Dominicana alcance su meta de convertirse en el “supermercado del Caribe”.
Por Felivia Mejía
Productores agrícolas de la provincia Independencia, ubicada a 321 kilómetros al sur de Santo Domingo, República Dominicana, saben muy bien sembrar aguacates de calidad superior. Sin embargo, ignoran los beneficios que representaría para su cosecha seguir una cadena de frío hasta que lleguen al consumidor final.
En consecuencia, un amplio número de esos productores limita la venta de sus frutos a los consumidores locales. Al tiempo que se pierden de la ventaja que representa la exportación hacia grandes mercados, que exigen cumplir con una cadena de frío que garantice la calidad del producto. Asimismo, esa situación se traduce en menos ingresos por concepto de comercio exterior para un país que tiene la meta de convertirse en el “supermercado del Caribe”, es decir, ser el suplidor principal de frutas y vegetales de los países de esa región.
La cadena de frío es el control de temperatura de un producto y sus variables -como humedad relativa, CO2, etileno y ventilación- durante los procesos que suceden después de la cosecha, como el empaque, embalaje, almacenaje, transporte y distribución hasta el consumidor final.
República Dominicana exportó alrededor de 830 millones de dólares (mdd) en productos perecederos en 2020. Esta cifra que representó un 4.5% menos que en 2019, cuando esas ventas sumaron 870 mdd, según estadísticas de la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo). Los productos más exportaos son banano, cacao, dátiles, piñas y aguacates.
La pandemia del Covid-19 impactó los patrones comerciales en 2020. Hizo que disminuyera considerablemente el comercio internacional durante el segundo trimestre de ese año. De hecho, la caída mundial de ventas de mercancías fue de más del 20% en relación con el mismo trimestre de 2019, explica Odile Miniño Bogaert, vicepresidenta ejecutiva de Adoexpo.
Los productos perecederos representan cerca del 8% de las exportaciones totales dominicanas. Este hecho hace preponderante que se priorice la eficiencia de la cadena de suministro desde la producción hasta la exportación.
Sumado a su estratégica posición geográfica, la República Dominicana tiene a su favor que cuenta con conexiones que facilitan el comercio exterior. Entre ellas, nueve aeropuertos de los cuales ocho son internacionales. Y de esos, cuatro manejan carga perecedera (ubicados en Santo Domingo, Punta Cana, Santiago de los Caballeros y la Romana). Asimismo, operan 12 puertos para embarque de mercancías, cinco puertos turísticos, 1,395 km de carreteras troncales, 2,412 kms de carreteras secundarias y 1,620 kms de carreteras terciarias.
Además, cuenta con fincas, invernaderos, plantas empacadoras, facilidades para el transporte y una población que vive en un entorno social y económico estable.
Contando con esas características, el sector privado y el gobierno han abrazado el objetivo de convertir al país en un hub logístico, con destino a Estados Unidos, al resto de América y Europa. Para eso, contar con una cadena de frío eficiente es indispensable.
“Debemos garantizar que se resguarde la cadena de frío, porque es lo que nos va a permitir que la reputación del país vaya en crecimiento, destacándose la calidad de lo que producimos. Para esto el control de la temperatura es fundamental, es piedra angular”, indica Miniño Bogaert.
Educar es la clave
La ausencia de una cultura de frío se evidencia tanto en pequeños productores como en grandes empresarios con larga experiencia en el cultivo de alimentos, lamenta Salvador Figueroa Sánchez, miembro del Comité de Facilitación de Comercio en la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (Amchamdr).
“Hemos logrado mucho, pero realmente una cultura de frío verdadera todavía nos falta, porque usted va a un supermercado y se sorprende de lo bien que se maneja. Hemos avanzado, pero en sectores amplios. Pero si va al interior del país no lo entienden”, opina Figueroa Sánchez, también subdirector del Consejo de la Alianza Global de la Cadena de Frío (Global Cold Chain Alliance, GCCA). También fue quien por primera vez planteó el título de “supermercado del Caribe” a la media isla caribeña.
Figueroa Sánchez apunta que el confinamiento al que la población fue sometida el año pasado para prevenir contagios de Covid19 desnudó la importancia de contar en el país con una autosuficiencia alimentaria. También enfatiza que es fundamental tener una eficiente cadena logística, que incluye el transporte y almacenamiento de las frutas y vegetales a una temperatura controlada.
Por otro lado, la demanda mundial de productos agrícolas crecerá un 15% entre el 2020 y el 2030, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En este sentido, impulsar al sector agropecuario y fortalecer la internacionalización de las empresas dominicanas será un aspecto relevante para lograr mayores exportaciones en el país.
“Si el productor, el comercializador, entendiera la importancia de una cadena de frío dentro de su cadena logística, sabrían que el invertir un peso más le va a significar dos pesos adicionales de ganancia, porque cuando tiene un buen manejo de su cadena de frío sus productos no pierden calidad”, apunta el directivo de la Amchamdr.
Figueroa Sánchez indica que desde la cámara de comercio norteamericana han trabajado desde la década de los 90 en la capacitación de los productores en este tema. A la vez, señala que otros retos involucran a las autoridades de Aduanas, sanidad y agricultura. Éstas tienen a su cargo supervisar los productos que salen y entran de los puertos dominicanos.
Muchas veces hacen que la cadena de frío se rompa, porque verifican los camiones a las 12 del mediodía. Sacan todos los productos de ahí para un ambiente de calor por varias horas, confiados en que están congelados, obviando que la temperatura cambia y afecta la mercancía.
Otro reto que señala es lograr la transformación digital. Es decir, que se incluya tecnología en los procesos. “Imagínate que cada producto tenga un micro chip o algún dispositivo nanotecnológico, que ahora es costoso, pero pronto no lo será, que le permita a usted ver cada paso de una caja conteniendo fresas, por ejemplo, y cómo va variando su temperatura”, dice.
Los eslabones individuales de la cadena de frío del país son avanzados, de acuerdo a las conclusiones del informe “Evaluación de la Cadena de Frío en República Dominicana”, elaborado por Paul Forrest, de la GCCA, para el Programa Exporta Calidad e Inocuidad. Sin embargo, están desconectados. Queda por fortalecer y unir estos eslabones para que la cadena de frío sea más fuerte y la República Dominicana pueda competir en mejores condiciones.
El informe resalta que un factor adicional que se convierte en obstáculo es la generación, transmisión y distribución de energía a través de la red nacional de electricidad, la cual es insuficiente para soportar una cadena de frío eficiente y sin que haya que tener una gran dependencia de generadores eléctricos de propiedad privada. “El costo de generar su propia electricidad que esta deficiencia implica para las empresas, incrementa significativamente los costos de operación, y es un factor importante en los precios de venta, lo que debilita la competitividad internacional del país”, concluye el informe.
Inversión
Retomando el ejemplo de los aguacates de la provincia Independencia, cabe destacar que aquellas unidades que no cumplen la cadena de frío, permanecen menos tiempo en condiciones óptimas en los anaqueles de las tiendas. Esto se debe a que al mantener los aguacates en calor desde que se cortan de la planta, que alcanzan una temperatura aproximada a los 90 grados farenheit, tienden a madurar más rápido. Pero también afecta su calidad, ya que el calor prolongado disminuye su aspecto voluminoso y su peso y, en adición, podrían cambiar de sabor.
Productores y exportadores a gran escala, como Karel Castillo, Vice Presidente de Operaciones en Agroindustrial Ocoeña, recogen directamente los frutos de la finca de esos agricultores independientes. Así, con sus propios medios garantizar la cadena de frío hasta el consumidor final.
“Lo mejor es ir uno mismo a buscar la fruta para evitar lo más posible el calor. Nosotros mismos vamos con una nevera de 45 pies (14 metros) para traer los aguacates refrigerados a nuestra planta, porque el trayecto es muy largo y esa zona de Independencia es muy caliente”, explica Castillo.
Trasladar los aguacates tomaría unas cuatro horas, desde la provincia Independencia hasta la Santo Domingo, que es a donde se ubica la planta de Agroindustrial Ocoeña y el puerto para exportación más cercano.
La empresa de Karel Castillo exporta alrededor de 275 contenedores de aguacates al año, pero también ají cubanela, batata, naranja agria, limón dulce y coco seco. Su marca Avocados Ocoa ocupa anaqueles de supermercados de Dubái, España, Inglaterra, Holanda, Trinidad y Tobago, Guyana francesa, Panamá y Costa Rica.
En diciembre pasado inauguraron una moderna planta empacadora, con un cuarto frío, que representó una inversión aproximada de 650,000 dólares, para una capacidad de almacenar hasta 10 contenedores.
Ese monto de inversión para poder construir un almacén climatizado, se suma a las razones por las que un pequeño productor no se monte en el tren de la cadena de frío. Por lo cual, es ahí donde las asociaciones agrícolas jugarán un rol preponderante. Éstas pueden lograr entre todos sus socios invertir en un cuarto frío que cubra la necesidades de todos.
El empresario asegura que un pequeño productor bien puede manejarse con un cuarto frío con capacidad de albergar dos contenedores, en los que caben entre 40 paletas a 80 paletas, lo que representa una inversión estimada en 100,000 dólares.
“Nosotros tratamos de empacar la fruta y moverla rápidamente. El cuarto frío no es para almacenarla, sino para mantener la temperatura adecuada el tiempo que requiera la fruta hasta que sea llevada a exportación. Normalmente no dura más de 24 a 48 horas ahí”, dice.
Cada fruto tiene un rango definido en la temperatura de control. Por ejemplo, el banano exige estar entre 0.5 y 13.30 grados celsius, ya que a una temperatura sobre 15 grados celsius puede genera maduración acelerada.
Acciones
Hace un par de años que desde el Estado se han tomado acciones concretas para impulsar la cadena de frío en el país. En octubre del 2019 el presidente de entonces, Danilo Medina, emitió el decreto 346- 19, el cual establece las normas y disposiciones para mantener la cadena de frío de los productos perecederos, refrigerados, congelados y ultra congelados desde el aprovisionamiento, producción, distribución y comercialización. Por esta razón se elaboró el Manual de productos perecederos enfocado a la cadena de frío.
La vicepresidenta de Adoexpo plantea que las alianzas público-privadas representan un mecanismo importante para la creación de centros de acopio refrigerados, para que estén a la disposiciones de los productores en general. Pero de poco servirá contar con la refrigeración, si no hay quien los use. El llamado está en concienciar a todos los actores que intervienen en la cadena para afianzar la cultura de frío.