El Río Damajagua fue el encargado de tallar cada uno de estos cuerpo de agua dulce y sus toboganes naturales en medio de un espeso bosque
República Dominicana cuenta con paisajes impensables moldeados y esculpidos por la propia naturaleza con un encanto tan particular que se convierten en experiencias emblemáticas que debes vivir. Un ejemplo de estos sitios enigmáticos es nada menos que 27 Charcos de Damajagua, un paraíso donde reencontrarte.
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Dentro de Puerto Plata, a una hora de la ciudad, el senderismo se abre paso para quienes gusten de aventuras llenas de magia y naturaleza, repleta de espesos bosques, puentes, así como la exquisita flora que predomina en República Dominicana.
Llegar a cada uno de las 27 piscinas de agua dulce no es una aventura para cualquiera, la demanda de buena condición física es uno de los requerimientos especiales para disfrutar por completo de este lugar lleno de encanto; sin embargo, existen excursiones que ofrecen a los visitantes dejarse enamorar por los primeros 7.
¿Qué encontrar en los 27 Charcos de Damajagua?
Considerado como el tesoro de aventura más preciado de Puerto Plata, los 27 Charcos de Damajagua ofrecen un día de aventura entre los bosques de la zona, pero cuando llegas a los charcos, es inevitable sentir el furor por estar en una de las zonas más privilegiadas del país caribeño.
La misma naturaleza ha dado forma a cada uno de estos charcos de aguas dulces, cristalinas, color turquesa que se han formado gracias a sus imponentes cascadas y que dieron paso a sus impresionantes toboganes naturales, tallados por el paso del tiempo y de las corrientes.
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La oferta turística en la zona provee a quienes se atrevan a vivir esta experiencia del equipo necesario para disfrutar con todos los sentidos de esta maravilla natural. Sus aguas son una excelente opción para refrescarte, que si bien, al inicio pueden percibirlas como frías, con forme avance la excursión encontrarás en cada charco una estancia agradable para la temperatura de tu cuerpo, conforme se vaya adaptando al clima de la zona.
Lo único que compite con estos hermosos pozos de agua y cascadas es el paisaje que los rodea, así como sus caminos sinuosos que desafían al más intrépido y temerario.
Se dice que fue en 1994 cuando arribaron los primeros turistas en llegar a los Charcos de Damajagua, por lo que hasta entonces se trataba de un tesoro escondido en República Dominicana que poco a poco fue atrayendo a más y más curiosos.
Actualmente los Charcos de Damajagua forman parte del sistema de Áreas Protegidas de República Dominicana y es considerado un monumento natural del río Damajagua, mismo que con los años se ha encargado de moldear este espacio emblemático de la naturaleza caribeña.
Cada uno de los 27 Charcos de Damajagua comprende un tamaño, altura y profundidad diferentes, por lo que es recomendable que solo acudas con un guía calificado quien podrá orientarte sobre cómo lanzarte, qué caminos recorrer, cómo visitar cada uno de los cuerpos de agua y te brindará el equipo necesario para que tu experiencia sea completamente segura e inolvidable.
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