Un programa estatal de renovación de plantas y la estrategia para captar nuevos mercados para exportación impulsan la sobrevivencia de la producción cafetalera.

El café enfrenta el reto de aumentar su producción y conquistar nuevos mercados para la exportación. De acuerdo a Rufino Herrera, quien es presidente del consejo de la Agroindustrial La Esperanza, el 60% del café que se consume en el país es importado, lo cual refleja los niveles en los que se ha reducido la producción local.

Herrera señala que otro desafío del sector es lograr que las nuevas generaciones asuman el mando de la producción: “Veinte años atrás podíamos contar con 73,000 familias que sembraran café, pero ya muchos productores han fallecido o se han retirado por edad o enfermedad, sin dejar una sucesión. Hoy día se cuentan poco mas de 20,000 familias en esas labores”.

La agroindustrial que preside Herrera es la empresa que comercializa el café que generan los productores miembros de la Asociación de Caficultores La Esperanza, en la comunidad de Los Cacaos de la provincia San Cristóbal.

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Comenta que en principio solo vendían materia prima; pero, para poder sobrevivir, han creado pequeñas empresas que se dedican al tueste del grano para ofrecer al mercado productos terminados. Cuenta que debido eso más de 40 marcas han surgido en el país en la última década.

“Hemos visto esa opción como fuente de aumentar nuestros ingresos. Algunas marcas han sido empresas de particulares que se han animado a comprar la materia prima a los sembradores”, dice.

Mientras que Manuel Pozo, presidente de Industrias Banilejas, que compra más del 80% de la producción local, se expresa optimista al señalar que este año la producción se ha ido recuperando.

Las exportaciones de café dominicano entre 2020 y 2023 reportaron 75 millones de dólares (mdd), destacándose Puerto Rico y Estados Unidos entre los destinos de mayor colocación, según datos del Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (ProDominicana).

La venta al mercado de Puerto Rico representó en 2023 un valor de 10.4 mdd, Estados Unidos 3.5 mdd, representando el 65.5% de las exportaciones. A esos países le siguen por Italia, Japón, Alemania, San Martin, Canadá, Aruba, Canadá y Bélgica.

Desde ProDominicana se promueve la participación de productores locales en ferias internacionales. El año pasado el café criollo se presentó en una expo en Dubai y recientemente en la Feria Specialty Coffee Expo 2024, celebrada en la ciudad de Chicago, Estados Unidos.

Consumo local

El café en la República Dominicana es comercializado en el mercado interno en diversas formas o grados de elaboración. Por ejemplo, en forma de uva o cereza madura, pergamino húmedo, pergamino seco de agua, pergamino seco, pilado o descascarado, pilado y trillado.

Después de que la materia prima es procesada en las empresas tostadoras, llega a los consumidores en diferentes presentaciones, en forma de café tostado en grano y tostado y molido, a través de los colmados, supermercados, entre otros centros de expendio.

El Instituto Dominicano del Café (Indocafé) desarrolla un programa de renovación de plantas de café, que consiste en cambiar los sembradíos viejos por otras especias más resistentes a las enfermedades más comunes que atacan a ese fruto.

La región sur ha sido la mayor favorecida, con más del 48% de la cantidad sembrada, de acuerdo un informe del periodo julio-septiembre de este año de Indocafé, que especifica, además, que se han renovado alrededor de 2.5 millones de plantas en ese tiempo.

En los últimos cinco años, Indocafé registra la siembra de alrededor de 50 millones de plantas, con la intención de combatir a La Roya del Café (Hemileia Vastatrix) y La Broca (Hypothenemus hampeila), que son las enfermedades más dañinas, que han obligado a muchos productores a replantearse la siembra, luego de sufrir pérdidas.

Como consecuencia de eso, más del 60% de la tierra se ha dedicado a otros cultivos como el limón, aguacate, plátano, banano, afirma Herrera.

Otros productores, como Benjamín Toral, en la provincia Barahona, han estado desarrollando una variedad especial en su finca, que aunque aun no tiene alcance a nivel nacional, cada vez logra mayor acogida.

Las principales variedades que tradicionalmente se siembran en el país son Caturra y Typica. Pero, tras la reaparición de la Roya del Café se introdujeron nuevas variedades como Lempira, Costa Rica 95, Tupí, Obatá, Acauá, entre otras.