A pesar de las buenas prácticas de inclusión dirigidas a la comunidad LGBT que están implementando empresas, aún persisten en el país dificultades para el ascenso laboral de las personas de diversos géneros.
Cada vez son más las empresas que no están dispuestas a pagar el precio que representa excluir de sus equipos a colaboradores de diversos géneros o capacidades, por lo cual desarrollan iniciativas que fomentan la participación de talentos multiculturales, con discapacidad o que pertenezcan a la comunidad de personas Lesbianas, Gais, Bisexuales, Transgénero e Intersexuales (LGBTI).
Sin embargo, todavía sigue siendo el colectivo LGBTI el que enfrenta mayores obstáculos para ascender dentro de las empresas a posiciones directivas o para conquistar su primer empleo.
A pesar de los esfuerzos, en República Dominicana continúan las trabas para garantizar el derecho a la igualdad y la no discriminación en base a la orientación sexual, según consta en los resultados del “Informe Ser LGBTI en el Caribe 2022”, publicado el año pasado.
Ese informe fue elaborado en el marco del proyecto regional “Ser LGBTI en el Caribe" de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ejecutado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en la República Dominicana.
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El temor a ser víctimas de discriminación y violencia suele inducir a muchas personas LGBTI, sobre todo a gais y lesbianas, a mantener en secreto su orientación sexual en sus lugares de trabajo. Mientras que quienes optan por no esconder su preferencia sexual, enfrentan con frecuencia múltiples formas de discriminación y acoso, revela esa investigación.
Las personas trans son las más afectadas, según el informe, en cuanto a la facilidad para acceder a puestos de trabajo, ubicándose en los sectores más precarios y marginales de la economía. Frente a esta situación algunas personas deciden modificar su expresión de género conforme al mandato cisnormativo.
Las dificultades de acceso al empleo formalizado que enfrentan las personas LGBTI, y en particular las personas trans e intersex, las deja con menor acceso al régimen contributivo de la seguridad social, por lo que muchos no tienen derecho a pensión por vejez o discapacidad.
Otro elemento que urge atención es que dentro del régimen contributivo, el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) ofrece cobertura a los familiares dependientes, pero sin admisión de parejas del mismo género, lo que resulta en una situación de discriminación.
Los microemprendimientos suelen ser oportunidad para lograr independencia económica, pero eso no es alternativa para gran parte de los miembros de la comunidad, opina Leonardo Sánchez, presidente de la organización no gubernamental Amigos Siempre Amigos.
Sánchez apunta que es mayoría el grupo que emprende en sectores que están muy estereotipados, como salones de belleza o servicios de maquillaje, oficios que solo les permite la subsistencia y no representan un medio para salir de la pobreza monetaria o alejarse de ella.
“Emprender no es facil, depende del estatus social del individuo y de la red de amigos que tenga. Y se agrava más si se trata de alguien que ‘salió del clóset’ muy joven y no tuvo el apoyo de su familia, entonces ese tiene menos posibilidades de contar con recursos económicos para establecer un negocio”, dice Sánchez, en entrevista con Forbes.
Para Sánchez, la clave para revertir la triste historia está en que la comunidad tenga más acceso a la educación y logre desarollar su talento en áreas importantes de la producción económica y social.
“En la medida que la comunidad demuestre competencia y tengamos una buena cantidad de artistas, de ingenieros, de médicos, de académicos que revelen su preferencia, eso va a contribuir en crear un referente positivo en la sociedad”, reflexionó.
Prácticas positivas
Dentro del universo de obstáculos, también fluctúan iniciativas positivas que poco a poco ganan espacio en el ámbito corporativo. El interés empresarial por desarrollar prácticas inclusivas, no solo dirigidas a la comunidad LGBTI, también otras vulnerables, como víctimas de violencia, personas con capacidades diferentes, queda en evidencia en la cantidad de compañías, que suman más de 170, que han recibido el “Sello RD Incluye” en los últimos cinco años, y otras que se suman con el “Sello Igualando RD”, que cada año reconoce alrededor de 10 empresas desde 2018, que promueven la equidad en cuanto a la participación femenina.
Asimismo están aquellas empresas que participan de las capacitaciones sobre temas de inclusión que ofrecen agencias de las Naciones Unidas en el país. Solo el año pasado más de 300 empresas que recibieron orientación sobre la adecuada gerencia hacia colaboradores con discapacidad, de la comunidad LGBTI, entre otros segmentos minorías.
Esa tendencia refleja el despertar un conglomerado empresarial que entiende el costo que les representa la exclusión de personas de diversas capacidades del ambiente productivo representa, el cual se estima en pérdidas entre un 3 y 7 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para los países, de acuerdo a datos del Banco Mundial.
En lo que respecta directamente a la comunidad LGBTI, un estudio realizado en la India, considerado entre los países más drásticos contra la homosexualidad, estima que solo por la exclusión de ese segmento de la población en el ámbito laboral se pierde alrededor de 1.7 % del PIB en ese país.
“La pérdida de productividad del trabajo y de la producción debido a la discriminación laboral y la pérdida de años de vida debido a las muertes prematuras y la discapacidad podría generar unos costes de hasta 31,000 millones de dólares solo en India”, según las conclusiones presentadas por el doctor Lee Badgett de la Universidad Mass Amherst, de Estados Unidos, quien realizó la investigación sobre la situación en la India.
Más acciones locales
En 2016 una nueva Cámara de Comercio se formaba en la República Dominicana. Se trataba de la primera asociación de su tipo enfocada en apoyar el desarrollo de negocios y mejorar el clima laboral para la comunidad de personas LGBTI.
Esa Cámara de Comercio LGBT de la República Dominicana se instituyó con el apoyo de La Cámara Gay y Lésbica Nacional de los Estados Unidos de América con el auspicio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
En ese momento fungía en el país como embajador estadounidense James W. Brewster, quien junto a su esposo, Bob Satawake, apoyaron varias iniciativas de formación sobre la comunidad LGBT.
El presidente de ese organismo, Jimmy González, explica a Forbes que mientras desarrollaban sus programas identificaron otros segmentos poblacionales a los que también podían impactar positivamente, por lo que el radio de acción de ese gremio se extiende a las personas con discapacidad, víctimas de violencia, adultos de la tercera edad, entre otros.
“El reto más grande que tenemos en este país es la educación, la falta de conocimiento de que vivimos en sociedad y por tanto eso representa abrazar la diversidad”, indica González.
Uno de los programas de esa asociación, que integra a más de 170 empresas, se denomina “Institución incluyente”, que consiste en una capacitación que se ofrece a empresas para fortalecer sus políticas y orientarles a cómo manejar situaciones de discriminación y acoso que puedan ocurrir en sus equipos.
El proyecto, que empezó el año pasado, ha formado a seis empresas. Entre las primeras certificadas está la multinacional Teleperformance, del sector de centro de llamadas.
“Hemos comprendido que el respeto a las diferentes perspectivas es lo que nos hace más fuertes como organización. Toda empresa líder hoy, tiene el deber de institucionalizar políticas y programas que garanticen climas laborales igualitario”, indica Marino Pichardo, director regional de Recursos Humanos para República Dominicana y Costa Rica.
Camino a seguir
Queda claro que discriminar a las personas LGBTI+ limita el potencial de productividad de una población activa. Incluso, el Banco Interamericano de Desarrollo indica que políticas corporativas de soporte a la comunidad LGBTQ+ se asocian con mayor rentabilidad, productividad y valor en las empresas.
Mientras que Human Rights, Campaign (2021), revela que las empresas que apoyan abiertamente los derechos LGBTIQ+ obtienen frente a la competencia un 36% más de ganancias, que se derivan de estrategias de marketing que no se quedan dentro del closet y que incluyen a las personas diversas y sus familias.
Para que las empresas aprovechen esa bonanza varios organismos han diseñado propuestas para contribuir a la inclusión de las personas LGBTI+ en el ambiente laboral, que pueden servir de referencia para República Dominicana. Entre esas está la Organización Internacional del Trabajo presentó una guía de aprendizaje dirigida a los representantes de los gobiernos, las organizaciones de empleadores y de trabajadores y otras partes interesadas.
Ese material didáctico expone el proceso de identificación y diseño de respuestas locales a medida para garantizar la igualdad de oportunidades y de trato para las personas LGBTI+ en las empresas.
Por otro lado, en el informe “Ser LGBTI en el Caribe” se recomienda a las empresas elaborar planes de inserción laboral para personas de esa comunidad, en cumplimiento del plan estratégico del Ministerio de Trabajo de la República Dominicana, en consulta con las organizaciones LGBTI y el movimiento sindical.
También que se plantea la creación de políticas de protección social dirigidas a la inclusión y protección de personas adultas mayores LGBTI en particular personas trans e intersex en situación de pobreza, que incluyan acceso a pensión de vejez, discapacidad y sobrevivencia, asi como inclusión en el seguro familiar de salud.
Identidad agredida
En la sociedad dominicana la discriminación se manifiesta primero en los silencios y omisiones a las que se ven obligadas las personas LGBTI, cuando deciden no revelar negar e incluso ocultar su orientación sexual, sus características sexuales, la expresión y o la identidad de género por miedo al rechazo y el estigma.
En segundo lugar, se presenta a través de actos directos de exclusión, como humillaciones, negación de servicios derechos básicos y violencia, indica el informe “Ser LGBTI en el Caribe", realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en la República Dominicana.
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