Al parecer estamos casados pero no con la familia si no con ese trabajo que no nos amará pero sí nos quemará hasta que la muerte nos separe.
Por Marcia Castillo
¿Otro día más? ¿más de lo mismo? Te cuestionas y la semana se convierte en una bitácora monocromática a la que tienes que empujar como la piedra de Sísifo, la apatía, el desgano, los síntomas físicos y anímicos son solo el reflejo de estar quemado o lo que la comunidad científica ha adoptado burnout.
Podríamos usar psicopirólisis (quemamiento psicológico), pero alguien podría confundirlo con un adepto de Nerón, o quemamiento emocional, pero es que burnout va más allá de los síntomas psicológicos puesto que el desorden neuroquímico y la cascada del popularizado cortisol, que tanto injuria el cerebro, lo hace de igual forma en múltiples sistemas: el cardiovascular, el inmunológico, el endocrinometabólico, el digestivo entre otros. El distrés ligado al burnout es solo una de las dos caras de Jano, la otra cara es el derrotero de manifestaciones sistémicas que acarrea.
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¿Cuáles son las implicaciones del burnout?
El burnout acarrea un elevado absentismo laboral, consumo de medicamentos para conciliar el sueño, alcohol o drogas, así como la adopción de determinadas conductas de riesgo o violentas. Suelen aparecer conflictos y fricciones en las relaciones interpersonales y transpersonales por una de falta de perspectiva, estancamiento y frustración, esto se va a socavar la calidad de los servicios prestados y presentará un síndrome cognitivoconductual con inatención, falla en el potencial cognitivo, niebla mental, labilidad emocional, entre otros.
La tardomodernidad y la hiperproductividad son también caldos de cultivo para el burnout. Hoy prima la idea de que mientras más trabajas más produces y si más produces más serás exitoso. El concepto de autoempleado se solapa con la auto explotación y nos sometemos gustosos en pro de alcanzar nuestras metas. Byung Chul Han postuló que el tiempo se encoge y no hay tiempo para el tiempo mucho menos para el reposo. Lejos quedan aquellas luchas por jornadas laborales justas pues en la modernidad liquida todo es rápido, efectivo y para ya, así vamos triturando el aparato psíquico en detrimento de nuestra integridad física y emocional.
“El trabajo no te amará” es el revelador libro de Sarah Jaffe donde desglosa la devoción sobre la que se ha cimentado el trabajo y cómo nos mantiene exprimidos, agotados y solos. Jaffe expone los claroscuros del del amor al trabajo para evitar la sobrexplotación exigiendo lo que valen nuestros oficios.
Una vez liberados al fin podremos averiguar lo que realmente nos da alegría, placer y satisfacción. Coincido cuasi totalmente con la autora porque también es cierto que el trabajo ofrece un nivel de cohesión social, es en los extremos donde se vierte el veneno, ya sea de forma activa con sobrecarga laboral o de forma pasiva cuando nos arropa la monotonía zombificados detrás de un salario que apenas nos permite llegar a fin de mes, aislados, desmotivados, al parecer estamos casados pero no con la familia si no con ese trabajo que no nos amará pero sí nos quemará hasta que la muerte nos separe.
¿Cuáles son las poblaciones más vulnerables?
Es un estado de agotamiento físico, mental y emocional causado por el desgaste psíquico o el estrés que surge de la relación interpersonales en un clima laboral poco favorable y que merma moral o físicamente al individuo, aunque puede darse en varios escenarios refiriéndonos específicamente a los espacios de trabajo se va generando progresivamente hasta desembocar, en ocasiones, en la incapacidad para continuar óptimamente.
Las poblaciones más proclives son las profesiones que implican dedicación y entrega hacia terceros,por ejemplo: maestros, personal sanitario, agentes ligados al control ciudadano o cumplimiento de las leyes y encargados de asuntos sociales indistintamente hoy hay un patrón increscendo en cualquier persona con jornada laboral prolongada y extenuante en las que la persona no se sienta comprometida, motivada ni valorada.
Sumemos a los grupos de riesgo aquellos que tiene que en adición trabajo en casa, como el teletrabajo, sobrecarga doméstica, cuidado parental, sin tener tiempo para el esparcimiento, el ocio o alguna actividad gratificante.
La autora es doctora en Neurología, catedrática e investigadora en el área de neurociencias.
Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad de su autora y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Dominicana.