El CEO de Microsoft, Satya Nadella, está apostando el futuro de la compañía en la inteligencia artificial. En esta entrevista exclusiva, nos adentramos en su plan de miles de millones de dólares para liderar en esta revolución tecnológica.
Cuando ChatGPT, la herramienta capaz de entender texto y generar conversaciones similares a las de un ser humano, capturó la atención del mundo en noviembre de 2022, los reflectores apuntaron hacia OpenAI, una startup de investigación de inteligencia artificial (IA) que la había creado. Lo que poco se mencionaba para ese entonces es que Satya Nadella, el CEO de Microsoft, había tenido acceso a esa herramienta con meses de anticipación porque, en 2019, asumió un riesgo: invertir US$1.000 millones en OpenAI, que había iniciado como un laboratorio sin fines de lucro, en una asociación que en los años siguientes llevaría a otra inyección de US$13.000 millones.
Microsoft había usado la tecnología de OpenAI para lanzar GitHub Copilot, una herramienta usada por desarrolladores de software para automatizar la escritura de código. El producto atrajo a más de un millón de desarrolladores en un año. Desde entonces, el entusiasmo de Satya Nadella por tener una posición de liderazgo en la carrera de la IA se ha manifestado con miles de millones de dólares en inversiones apostando por esta tecnología.
“Hemos estado trabajando en inteligencia artificial durante muchos años. De hecho, algunos de los primeros trabajos con ResNet —un modelo de aprendizaje profundo— se hicieron en Microsoft”, le dice Nadella a Forbes, en una entrevista exclusiva, durante una gira de conferencias que dio por Latinoamérica. “Cuando comencé a ver que se podían aplicar leyes de escalado al lenguaje natural, es cuando creo que nuestra convicción creció. Y, por supuesto, cuando comenzamos a ver productos como GitHub Copilot que podíamos desarrollar, fue cuando decidimos redoblar esfuerzos. Así que es emocionante estar aquí en 2024 liderando esta ola”.
Lo que ha demostrado Satya, de 57 años, desde que llegó a la silla de CEO hace una década, es que fue el relevo idóneo de su antecesor Steve Ballmer y un digno sucesor del legendario Bill Gates. Siendo un ingeniero que llegó desde la India a Estados Unidos como estudiante, fue ascendiendo en Microsoft hasta convertirse en el líder al que se le atribuye haber recuperado el brillo de la compañía.

Desde su llegada, deshizo la torpe compra de la división de teléfonos de Nokia por US$8.000 millones, posicionó el software de Microsoft en iPads y iPhones de Apple, adoptó el concepto de software de código abierto y convirtió Azure, el negocio de computación en la nube de Microsoft, en un titán.
“El liderazgo es un privilegio que se trata de tener la capacidad de, en tiempos inciertos, en tiempos de rápidos cambios y en tiempos ambiguos, aportar claridad. Ese es el objetivo. Ningún líder tiene éxito creando confusión; deben aportar claridad”, expresa Nadella. “Los líderes también generan energía. No se trata solo de un equipo, sino de toda la gente que necesita unirse para lograr algo importante dentro y fuera de la compañía. Y, finalmente, los líderes tienen la capacidad de crear soluciones incluso en situaciones con restricciones al identificar qué restricciones se pueden eliminar”.
Hoy, con su ecosistema de productividad, computación, nube, aplicaciones y videojuegos, esta compañía se ha comprometido a empoderar a personas y organizaciones en todo el mundo para lograr más.
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Han integrado de manera asertivamente adquisiciones realizadas bajo la dirección de Nadella, como GitHub, la plataforma de colaboración para desarrolladores adquirida por US$7.500 millones; LinkedIn, la red social profesional por US$26.200 millones; Minecraft, el popular videojuego comprado por US$2.500 millones; y, más recientemente, Activision Blizzard, en una transacción de US$69.000 millones.
Ahora, los 228.000 empleados que tiene Microsoft alrededor del mundo tienen un norte claro: buscar ir adelante en la carrera de la inteligencia artificial, en la que también están, con sus propias apuestas, gigantes tecnológicos como Google, Amazon y Meta.
En la sede principal de Redmond, en el estado de Washington, Estados Unidos, hay un campus en el que, en medio de las oficinas, se esconden laboratorios secretos en los que desarrollan desde chips propios para optimizar la infraestructura de IA hasta computadores con funcionalidades como ayudar a encontrar cualquier cosa que se haya visto en el PC o cancelar el ruido de fondo en una videollamada.

desarrolla desde chips hasta computadores y videojuegos que integran inteligencia artificial.
Casi todo lo transita Microsoft Copilot, un agente de inteligencia artificial que automatiza funciones en aplicaciones como Word, Excel, PowerPoint, Outlook y Teams, y que también funciona con el motor de búsqueda Bing y el sistema operativo Windows.
Satya dice que una de las primeras cosas que hace cuando se despierta, a las 5:30 de la mañana, es revisar etiquetas generadas por IA, que analizan el contenido de los mensajes y el contexto del trabajo para clasificar los correos importantes. Durante el día, examina los resúmenes que quedan de las reuniones a través de la plataforma de videollamadas Teams.
“Todo el mundo se queja de las reuniones, pero el verdadero problema es que nadie se prepara para ellas, nadie presta atención y nadie recuerda lo que pasó. Pero ahora, las reuniones son una entrada al conocimiento de la empresa. Puedo volver y consultar cómo se tomó una decisión en particular. Y puedes obtener esa información en tiempo real”, explica Nadella. “Siempre lo describo como: piensa con IA, trabaja con humanos”.
Hace poco, lanzaron Pages, que permite a las empresas buscar en la web y en bases de datos internas para generar nuevos documentos en los que se puede colaborar con otras personas.
A los inversionistas de Microsoft parece encantarles este camino. En los últimos dos años, los miles de millones que Nadella ha destinado a la inteligencia artificial han llevado la valuación de la compañía a superar los US$3 billones, un incremento del 70%. Con el paso de los días, Microsoft compite mano a mano con Apple y el fabricante de chips Nvidia por el título de la empresa más valiosa del mundo.
“Creo que uno de los desafíos fundamentales será repensar los procesos y flujos de trabajo”, afirma Nadella. “Estamos acostumbrados a trabajar de una manera. La IA ahora nos ayuda a reimaginar ese trabajo, el flujo de trabajo y los productos resultantes. Como antes de la PC, ¿recuerdas? Me pregunto, ¿cómo hacíamos algo como un pronóstico? Se enviaban faxes, se escribían memorandos internos y, de repente, comenzamos a enviar hojas de cálculo en Excel y correos electrónicos, y así se hacían los pronósticos. Esa reimaginación del proceso con nuevas herramientas, como Copilot, creo que es lo que impulsará la productividad. Y, por cierto, ya lo vemos con evidencia clara en el desarrollo de software. GitHub Copilot pasó de no existir a convertirse en una herramienta estándar para todos los equipos de desarrollo de software en menos de un año. Y ahora, los proyectos de software van a transformarse por completo gracias a ello”.

Para tener un puesto protagónico en esta carrera, Nadella pasa sus días observando las nuevas startups que surgen de IA y atrayendo talento. Además de OpenAI, Microsoft ha invertido en más de 20 compañías emergentes de IA, incluyendo una asociación de US$16 millones con la startup francesa Mistral AI.
A principios de este año, Satya Nadella tomó una decisión que sorprendió tanto a Silicon Valley como a Wall Street: cerró un acuerdo para incorporar a Mustafa Suleyman, cofundador de DeepMind —adquirida por Google— y de Inflection AI, a las filas de Microsoft.
Para traerlo, Nadella cerró un acuerdo de licencia tecnológica por US$650 millones, contrató a la mayoría del equipo de Inflection AI y puso a Suleyman al frente de una nueva división de IA con apuestas superiores a los US$12.000 millones.
Con este acuerdo, Microsoft no adquirió participación accionaria ni propiedad intelectual de Inflection AI, una estructura que no contaba con el requisito de informar a las autoridades antimonopolio.
Suleyman, ahora a cargo del grupo de IA de consumo de Microsoft, recibió el mandato de transformar la manera en que las personas interactúan con la tecnología, creando “agentes” de IA que podrían cambiar radicalmente la computación personal, con más de 10.000 empleados a su cargo y el control de los principales productos de consumo de Microsoft, incluyendo Bing.
Para los reguladores, estas movidas en la carrera de la IA están haciendo el ruido suficiente para intensificar el escrutinio a Microsoft en el campo de la IA. La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos ha hecho consultas sobre la inversión de la compañía en OpenAI y acuerdo con Inflection AI. Los reguladores se preguntan si esta maniobra fue un movimiento calculado para tomar el control de una empresa rival de IA sin activar la supervisión de las autoridades.
“Ya contábamos con mucho talento en IA antes de asociarnos con OpenAI y ahora tenemos mucho talento interno en Microsoft, incluyendo a personas como Mustafa, que vino de Inflection, y otros que han estado desarrollando modelos como Phi dentro de la compañía”, sostiene Nadella. “Seguimos colaborando con OpenAI y seguimos construyendo sobre su modelo. Por ejemplo, Phi es un modelo que utiliza OpenAI para construir SLMs. Nos encanta eso. También desarrollaremos lo que sea necesario para crear grandes productos. En última instancia, creo que gran parte del valor de esta generación de IA se crea con buena infraestructura y buenos productos, y eso es lo que planeamos hacer”.

Nadella ha emprendido un tour de IA alrededor del mundo para abordar cómo la inteligencia artificial está cambiando la vida y los trabajos de las personas. En México, anunció una inversión de US$1.300 millones y en Brasil, una de US$3.000 millones para mejorar la infraestructura de nube e IA.
En Colombia quedó sorprendido con Guacamaya, un proyecto que, con imágenes satelitales y de cámaras trampa, usa modelos de IA para identificar patrones de deforestación y con una jueza que utiliza IA en audiencias judiciales virtuales para generar transcripciones, resumir procedimientos y ayudar con la creación de actas.
“Me reuní con Bancolombia. Tienen 2.000 desarrolladores de software que ya están usando GitHub Copilot. De hecho, tienen grandes ambiciones de llevarlo al siguiente nivel y crear su propio agente. Conocí a una compañía de electrodomésticos —Haceb— que ha desarrollado un agente llamado Wilson para su servicio de campo”, apunta Nadella. “Todas estas cosas son iniciativas de gran ambición. También estuve con Sura, que está tratando de representar mejor a América Latina en los registros médicos para que se pueda ofrecer medicina personalizada que tenga en cuenta datos genómicos, de imágenes médicas y de historias clínicas de la región. Son ejemplos muy destacados de trabajos ambiciosos que se están llevando a cabo en tiempo real mientras surgen estos nuevos modelos”.
Este tipo de avances se están viendo por toda Latinoamérica. En Argentina, YPF ha optimizado la gestión de contratos mediante GAIA, una solución de IA generativa que mejora la eficiencia operativa. En Chile, Colbún ha transformado su operación con Copilot para Microsoft 365, liberando a los empleados para tareas estratégicas. En Perú, Yape ha facilitado pagos digitales para 12 millones de usuarios, mientras que Credicorp ha lanzado un chatbot de IA en WhatsApp para asesorar sobre emergencias climáticas, promoviendo la preparación comunitaria.

Hace poco, Apple integró funcionalidades de IA de OpenAI en su sistema operativo, en una alianza que, al parecer, no le molesta a Microsoft.
“Estamos muy contentos de asociarnos con OpenAI. De hecho, fuimos los primeros en respaldarlos. Ellos eran más una institución de investigación, y el progreso que han logrado es asombroso. Creo que Sam —Altman— y su equipo han sido extraordinarios en su capacidad de acertar cuando se trata de investigación. Están generando productos increíbles como ChatGPT”, afirma Nadella. “Estamos emocionados de ver el lanzamiento de O1 como parte de Azure AI, y lo estamos usando en todas partes. Estamos muy contentos con Apple y su asociación con ellos porque, en última instancia, para nosotros, OpenAI opera en nuestra nube en Azure, y cuantos más clientes tenga OpenAI, mejor será nuestra colaboración con ellos para impulsar su éxito y sus asociaciones”.
Mientras el mundo se asombra con el poder de la inteligencia artificial generativa para crear textos e imágenes, surge una pregunta aún mayor: ¿qué sigue?
La promesa de la Inteligencia Artificial General —un sistema capaz de entender, aprender y aplicar conocimiento en una amplia variedad de tareas a un nivel comparable o superior al humano— sigue siendo solo eso: una promesa, aún distante de convertirse en realidad.
“Es importante asegurar que haya confianza en torno a la IA”, recalca Nadella. “Estamos muy entusiasmados con esta amplia iniciativa sobre IA confiable y los compromisos de seguridad y privacidad que hemos asumido. No se trata solo de los compromisos, sino de mejorar continuamente nuestras capacidades que se alinean con estos compromisos”.
Y concluye el CEO de Microsoft: “Las nuevas funciones de corrección en seguridad de IA en Azure AI tienen como objetivo aumentar la confianza, porque al fin y al cabo, los modelos de IA tienen alucinaciones. ¿Cómo podemos usar la IA para corregir la IA? Ese es un nuevo mecanismo que estamos entusiasmados de aplicar en todos los modelos. Así que esta combinación de compromisos y capacidades que seguimos construyendo dentro de un marco de IA confiable es lo que pretendemos hacer”.
Por José Caparroso