Font Gamundi, de experiencia centenaria en la manufactura de alimentos, productos farmacéuticos y de cuidado personal, evoluciona a una empresa abierta a incursionar en nuevos negocios con el propósito de convertirse en líderes regionales de en el comercio de productos de consumo masivo.

Por Felivia Mejía 

En apostar a la innovación, la fábrica de alimentos Font Gamundi encontró la clave para permanecer vigente por más de un siglo. A eso le suma la diversificación de los negocios, que hoy, en manos de la cuarta generación, avanzan a la expansión de sus operaciones hacia Centroamérica y el Caribe.

Font Gamundi, que manufactura y comercializa diversos cereales de consumo masivo, tiene como insignia el arroz premium marca La Garza, del cual produce alrededor de 50,000 toneladas al año y exporta a Estados Unidos, Puerto Rico y Bonaire todas las semanas. 

En la década de los 30, fue la primera industria de arroz en adquirir una máquina para secar el grano, convirtiéndose en pioneros en la inversión en tecnología de esa época. Ese espíritu vanguardista ha vivido en cada relevo generacional. Hoy se observa en los procesos automatizados que hacen posible la industrialización de su arroz, el cual cuenta con un sistema de temperatura controlada que es monitoreada por una empresa en Holanda en tiempo real.

Los ejecutivos de ese grupo de empresas tienen el propósito de extender la exportación de su arroz fortificado a más islas del Caribe. Asimismo, iniciaron este año el desarrollo de un proyecto de agricultura sostenible, que consiste en trabajar junto a comunidades arroceras para que cultiven el cereal utilizando menos fertilizantes químicos y reduciendo el uso del agua.

Pero la factoría de arroz es solo uno de los varios negocios que, como empresas independientes, lideran los hermanos Pedro y Juan José Alorda Rodríguez junto a sus primos Jose Luis y Felipe Thomas Hernández. 

Sus padres, que encabezaron la tercera generación, eran primos hermanos. Solo vive hoy uno de ellos, don Pedro Alorda, quien a sus 80 años se ha retirado del afán de la empresa, aunque todavía funge como presidente del consejo de administración.

Las demás compañías, que al igual que la factoría de arroz crecen a un ritmo de más de 20% al año, están ligadas a la producción, importación y distribución de productos farmacéuticos, cosmética, cuidado personal, ferretería y alimentos para mascotas.

La cuarta generación enfrenta el desafío de mantener la esencia de empresa familiar que inspiró a sus fundadores españoles, originarios de Islas Baleares, Sebastián Font Cabot, Bartolomé Thomas Font y Pedro Gamundi Vives a emprender en 1919, en La Vega, una provincia ubicada a unos 340 kilómetros al norte de Santo Domingo, capital de la República Dominicana.

En aquella época Font Gamundi era solo un almacén de provisiones, que exportaba e importaba pieles, cera de abejas yclavos. Más adelante, incursionó en el comercio de arroz, café, cacao y maíz.

Para José Luis Thomas Hernández, vicepresidente ejecutivo de Font Gamundi, el reto de las empresas familiares está en que los socios sean lo suficientemente maduros, humildes y objetivos, al mismo tiempo, para reconocer una equivocación y respetar a su prójimo. 

“Nosotros respetamos mucho los roles de cada uno. Claro que nos podemos equivocar, pero no andamos buscando culpables sino aprender, ayudarnos a levantarnos y tomar las acciones correctivas”, opina.

Mientras que Pedro Alorda Rodríguez señala que manejar los egos es un reto en las empresas familiares, porque si alguno se cree que sabe más que otro y que no se puede equivocar podría ser causa de inconvenientes. “Si te equivocaste, puesvamos a corregirlo, pero si yo me empecino en seguir equivocando y no transijo eso puede traer rupturas entre los socios”, puntualiza.

Otro aspecto que los ejecutivos consideran ha sido determinante para la permanencia exitosa de sus empresas por 102 años es que siempre han cumplido con las normas y legislaciones que rigen la operación transparente de las industrias en el país. 

“Algo que nos ha caracterizado a todos es el respeto hacia nuestros padres, en todas las épocas, desde nuestros fundadores siempre hubo una gran confianza, comunicación y mucho respeto entre los socios”, añade Juan José Alorda Rodríguez, director comercial.

Juan José recuerda que desde que eran niños sus padres los llevaban a ver el funcionamiento de la industria, al tiempo que les asignaban labores en posiciones básicas, como asistentes, empacadores o trillando café.

“Pienso que nuestros padres fueron muy visionarios, vieron nuestras capacidades, nos fueron moldeando y formando para las funciones que hoy desempeñamos”, reflexiona.

Crecimiento

Después de experimentar con la compra y venta de alimentos de consumo masivo por más de 20 años, la familia Font Gamundi incursionó en la década del 40 en el comercio de productos farmacéuticos y también estableció la licorera La Balear.

En 1943 inició la importación y distribución de productos farmacéuticos con la representación de Laboratorios Squibb, de Estados Unidos. Actualmente codistribuye laboratorios tales como Pfizer, Abbott, GlaxoSmithKline, Mead Johnson Nutritionals, Tarmac Products y otros.

A mediados del sigo pasado, también sumaron a sus negocios la producción de café, para lo cual compraron un vasto terreno en la provincia San José de Ocoa, a 200 kilómetros al sur de Santo Domingo. 

Con el auge de las empresas, decidieron separar la actividad de importación y comercialización de productos. Es así que en 1969 los socios fundadores de Font Gamundi crean la empresa Inversiones y Negocios S.A. (Inesa), que se encarga de la importación de medicamentos, cosméticos, cremas y jabones, entre esos destacan las marcas Jergens, Heno de pravia yPalmers.

Para ese tiempo en el que creaban a Inesa, los Font Gamundi contaban también con otras empresas que se dedicaban a la venta de productos para limpieza del hogar (West) y también a la producción cafetalera (Nutresa).

Cuando en 1970 en República Dominicana se aprueba una ley que promueve la manufactura local, Inesa se convierte en fabricante de los productos de perfumería, capilares y cuidado personal que comercializaba, así como de otros de marca internacional que requieren licencia para ser elaborado, como Gillete, Avon, John Frieda, Milani y Bristol Myers Squibb.

Bajo el mando de la cuarta generación, Inesa, que tiene como gerente general a Pedro Alorda Hernández, se integra verticalmente, al habilitarse para manufacturar sus propios envases y también a clientes selectos. 

Actualmente, solo de cremas humectantes corporales y desodorantes fabrican alrededor de 11 millones de unidades cada año. Su estrategia de crecimiento está enfocada en aumentar las exportaciones de esos productos a todo el Caribe y Centroamérica. El primer paso esta dado, pues Pedro celebra que ya firmó contratos que permitirán echar andar esos planes este año. 

Hasta ahora exportan elementos de cuidado personal a África, Arabia Saudita, Cuba, Bahamas, Haití, Puerto Rico y Panamá.

Pedro explica que sus laboratorios están probando fórmulas para en los próximos dos años introducir al mercado nuevos productos en el área de salud, alimentación y bienestar. “Queremos ser jugadores importantes en ese aspecto y en otras cosas que se necesitan en el hogar como insecticidas, todo eso forma parte de nuestro nuevo emprendimiento para seguir complementando lo que la gente necesita para vivir y sentirse bien y nosotros tener una solución para cada necesidad”, dice el gerente general de Inesa.

Reorganización empresarial

La historia de Font Gamundi tiene capítulos en los que algunos miembros de la familia decidieron emprender su propio camino empresarial de manera independiente, lo que derivó en que se realizara una reorganización empresarial para dividir el patrimonio.

El movimiento de mayor trascendencia ocurrió en el 2012, cuando una parte de los socios familiares se quedó con las empresas West, del renglón de productos de limpieza para el hogar, y Nutresa, que incluye el cultivo y comercialización de café. 

Entonces, se formó la estructura directiva que prevalece hoy, liderada por los hermanos Alorda Rodríguez y los hermanos Thomas Hernández. Este grupo de socios quedó con los negocios Font Gamundi, Inesa y Ditek, esta última es un operador logístico que ofrece desde hace más de una década servicios de almacenaje y distribución a laboratorios farmacéuticos y otro tipo de empresas.

“Cuando algún socio no ha querido continuar siempre ha habido la determinación de llegar a un acuerdo entre las partes y el grupo que se queda sigue trabajando con empeño, respeto, cordialidad y comunicación. Entiendo que ese ha sido uno de los pilares para que estemos nosotros que somos la cuarta generación”, opina Juan José.

Lejos de disminuir al conglomerado empresarial, Luis José opina que esa separación más bien lo fortaleció. Pues a partir de esa reestructuración han surgido nuevas inversiones y empresas, aun en momentos de incertidumbre económica mundial, como ocurrió el año pasado como consecuencia de la pandemia del Covid-19.

“La decisión que tomamos de quedarnos nosotros evidentemente para nosotros fue correcta porque nos hemos acercado mucho más como familia y socios y a nivel de empresa estamos en franco crecimiento, viendo oportunidades”, dice José Luis.

En tanto, Pedro destaca la resiliencia y respuesta rápida del grupo cuando el año pasado la economía atentaba con colapsar ante la crisis sanitaria, pues de inmediato activaron un protocolo de seguridad para resguardar la salud de sus colaboradores, de manera que pudieran continuar operando. Además, aprovechando la coyuntura, añadieron a su portafolio la elaboración de gel desinfectante y jabones.

“Ha sido un gran reto operar en este tiempo porque los suministros están súper difíciles y los fletes de China que rondan los 20,000 dólares, han aumentando seis veces en este último año”, explica Pedro.

El año pasado el grupo invirtió, junto a unos socios, en la creación de Mercadeo Corporativo (Mercorp), una compañía que se dedica a vender diversos productos de uso doméstico. También echó a andar a Genvet, una comercializadora de alimentos especializados para perros y gatos, de la cual que Pedro no descarta que más adelante fabrique su propia marca dirigida a las mascotas. De igual forma incursionan en tecnología, con la empresa Traverse. 

Evolución

A la cuarta generación de directores al frente de Font Gamundi y su grupo de empresas les toca abrir a la compañía al experimento de formas de crecimiento probablemente insospechadas por los fundadores, quienes forjaron los cimientos de un imperio cobijados bajo una filosofía de gobierno familiar. 

El cuarteto que escribe la historia del siglo XXI se arriesga a incursionar en negocios donde no tiene el know how, pero con la habilidad de asociarse con los que sí lo conocen. “Hemos cambiado, hemos aprendido que los tiempos van rápido y que podemos incursionar en negocios en sociedad con otra familia, claro con familias que sigan nuestra filosofía de valores, trabajo, apegados a las leyes, sumamente importante”, dice José Luis.

Se refiere a la creación de su reciente empresa Mercorp, la cual emprenden en asociación con la familia Rainieri, inversionistas de poderosos proyectos turísticos en la República Dominicana, y de Ricardo Rizek.

Otra lección aprendida, a raíz de la reestructuración gerencial que vivieron una década atrás es considerar la participación de alguien externo a la empresa en el consejo administrativo. Un profesional que cuente con la experiencia probada en un área puntual que la compañía necesite fortalecer en un momento determinado. 

“La experiencia es muy enriquecedora”, dice José Luis.

De su lado, Pedro apunta que la empresa familiar tiene que tener gente comprometida y que no traiga conflictos de roces a la empresa. También tener un gobierno familiar, no solo corporativos, en el cual establezcamos reglas en conducta. “Parte de nuestra cultura es una cultura de trabajo y responsabilidad y sobre todo de respeto a la empresa, nunca vamos a traer problemas personales aquí”, dice.

Estos ejecutivos participan de importantes gremios empresariales del país. Por ejemplo Felipe, el día de esta entrevista participaba de una reunión de la Comisión Nacional Arrocera.

Esta familia tiene claro que el trabajo en equipo es clave del éxito, así como asociarse con gente que con aspiraciones de crecimiento similares a las suyas. 

“Estamos abiertos a evaluar oportunidades, estamos al acecho, y todos los meses nos juntamos con colegas de otras industrias, somos amigos de los fondos de inversión, porque más que un número nosotros identificamos las oportunidades y después vemos cómo vamos a la acción”, dice el vicepresidente ejecutivo de Font Gamundi.

Y concluye: “Nosotros nos vemos, queremos posicionarnos como un grupo líder manufacturero de productos de consumo masivo a nivel regional, comestible y no comestible”.

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Apoyo ´

Aliados a la comunidad

En las localidades a donde sus operaciones industriales tienen incidencia, históricamente los empresarios de Font Gamundi aportan al desarrollo de las personas que residen allí, otorgando becas universitarias, patrocinando eventos deportivos y culturales. 

Por ejemplo, en La Vega, por muchos años fueron los principales auspiciadores de la práctica del boxeo. Mientras que en San José de Ocoa costearon los estudios de cientos de jóvenes.

Actualmente, tienen el plan de apoyar a un grupo de agricultores de la provincia Montecristi, al noroeste de la media isla, para capacitarlos en el cultivo del arroz con prácticas medioambientalmente sostenibles, con un proyecto que se denomina Agro 360.