Empresas de telecomunicaciones coordinan acciones multisectoriales para frenar el robo de cables de cobre que les deja pérdidas millonarias.

Por Felivia Mejía

El robo de cables de cobre se ha convertido en un dolor de cabeza para las empresas de telecomunicaciones. Solo en el primer semestre de este año, alrededor de 800,000 dólares invirtieron las principales telefónicas del país, Claro Dominicana y Altice, en la reposición de esos cables perdidos.

Para enfrentar esa situación, la Asociación de Empresas de Comunicación y Tecnología (Comtec) plantea que se ejecuten acciones en conjunto entre el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones, la Policía Nacional y la Procuraduría Fiscal, con el objetivo de desmantelar las bandas que se dedican a la compra y venta ilegal del metal.

La directora ejecutiva de Comtec, Claudia García, explica que también es necesario que la Dirección General de Aduanas intervenga en la suspensión de los embarques de cobre que incumplan los requerimientos de la ley 110-13, que rige el comercio y la exportación de desperdicios de metales ferrosos y no ferrosos, chatarras y desechos de cobre y aluminio

Los hurtos del metal de parte de delincuentes van en aumento, según datos de las telefónicas. Por ejemplo, Claro Dominicana reporta que el gasto que ha tenido entre enero y julio por esa razón refleja un aumento de un 48% más que lo que registró la compañía el año pasado en igual periodo. De contar 1,806 casos en el 2020, este año ascendieron a 2,176 casos, lo cual significa un incremento en el volumen de activos afectados de un 20%, afirma García.

Mientras que la telefónica Altice indica que este año ha invertido más de 300,000 dólares adicionales a lo que tenía previsto destinar en materia de seguridad, para la contratación de personal que custodie sus redes fija y móvil, así como la instalación de nuevos sistemas.

“Esa situación ha provocado la inestabilidad y momentáneas interrupciones de los servicios de telecomunicaciones, afectando comunidades completas; siendo las zonas con mayor incidencia de robo de activos la provincia Santo Domingo, el Distrito Nacional y la zona norte del país”, explica García 

La ejecutiva señala que el robo de cable también vulnera la seguridad, ya que se imposibilita el funcionamiento de los dispositivos de vigilancia y de alarmas, se pierde la capacidad recibir o enviar alertas y no hay forma de comunicación a través de la línea telefónica “Las alarmas pueden perder gran parte de sus funciones automatizadas de notificación de alertas, monitoreo remoto o comunicación con la central de monitoreo”, agrega.

García expone que esos robos se perpetran con la finalidad de vender en el mercado ilegal el cable de cobre como chatarra o metal reciclado, a precios irrisorios, y en la mayoría de los casos son orquestados de forma masiva por bandas organizadas, afectando una gran cantidad de usuarios por tiempo prologando. 

“Nuestro país no es un mercado productor ni tampoco tiene industrias dedicadas al procesamiento de materiales para la extracción del cobre para reciclar y exportar, sino que se ha desarrollado un mercado ilegal que permite su trasiego hasta empresas que se dedican a exportarlo, sin que se verifique su procedencia legal”, indica García.