Chile y Japón aportan su experiencia en materia de mitigación de daños por desastres naturales a los países de Centroamérica y el Caribe.

Por Felivia Mejía

Las agencias de cooperación tanto de Chile como de Japón ejecutan este año en República Dominicana y los países de Centroamérica la segunda parte del Programa de Capacitación de Recursos Humanos para Latinoamérica y el Caribe en Reducción de Riesgo de Desastres.

El programa, también denominado proyecto Kizuna, tiene el objetivo de instalar políticas públicas para el desarrollo en los países de América Central y el Caribe para el desarrollo, así como entregar apoyo en formación y en equipos, explica Cristian Jara, director ejecutivo de la Agencia Chilena para el Desarrollo (AGCID).

“Vamos a acompañar con distintos instrumentos que tiene la agencia relacionada a la atención de desastres y la resiliencia, es una acción triangular entre Japón, Chile y el gobierno de cada país”, dice Jara.

Chile y Japón han trabajado en conjunto por más de tres décadas en la reducción del riesgo ante desastres naturales, tomando en cuenta la experiencia que ambos países tienen en tsunamis, terremotos, incendios forestales, aluviones, inundaciones, entre otros.

“Siempre el foco está en toda América Latina, pero en esta segunda fase Kizuna tendrá una participación especial en Centroamérica y el Caribe de acuerdo a las necesidades que podamos identificar. La pandemia también es un desastre natural, por lo que se incorporó al glosario de ayuda humanitaria”, indica Jara.

El ejecutivo agrega que están trabajando en un programa dirigido a la atención de la salud mental, al tiempo que evalúan en qué otras áreas pueden cooperar con los países de la región, como por ejemplo en materia de transparencia. 

Aunque el eje de la cooperación chilena no está en el aporte económico, Jara asegura que hay casos en los que apalancan fondos para impulsar la ejecución de algunos proyectos.

“Chile articula la ayuda humanitaria a través de la Oficina de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), tenemos fondos contra el hambre y la pobreza y Fondo Chile, que permiten auxiliar casos concretos de huracanes y terremotos”, afirma Jara.

América Latina y el Caribe representan la segunda región más propensa a desastres naturales en el mundo, según declara la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios. Ese organismo revela que desde el año 2000, alrededor de 152 millones de latinoamericanos y caribeños han sido afectados por 1,205 desastres entre los que se cuentan inundaciones, huracanes y tormentas, terremotos, sequías, aludes, incendios, temperaturas extremas y eventos volcánicos.

En ese mismo periodo la región ha experimentado 75 terremotos, que han resultado en 226, 000 muertes y 339, 000 heridos. En total, los fenómenos telúricos han afectado a 14 millones de personas y causado daños de hasta 54,000 millones de dólares, de acuerdo a la ONU.

Los países con mayor riesgo de terremotos son Chile, Ecuador y Guatemala, seguidos por Costa Rica, Nicaragua, y el Salvador.